20 historias

Mugak57

Maite y Richmond

“Aquí me siento querido y entendido, que hay gente que me aprecia y con la que puedo contar. Con Maite es como tener otra madre”- dice 01Richmond.
“Teníamos que adivinar sus necesidades. Richmond nunca nos ha pedido nada. Él me ha enseñado otra forma de ver la vida. Su optimismo y su alegría. Ha pasado muchas dificultades, pero está siempre sonriendo. Dice que nosotros vivimos quejándonos de todo y, sin embargo, él demuestra que, a pesar de las dificultades, hay otra forma de tomarse las cosas. Además nos da la posibilidad de un intercambio generacional: entender la mirada de los jóvenes y sus necesidades, como si tuviera un hijo adolescente”- cuenta Maite.

Guillermo Martorell / Tarek Taouik y Abdelghafour Nabil

Mi relación era especial con todos y esto se debe a que juntos vivimos y padecimos una situación que jamás debe darse en un Centro de Acogida y eso fue intolerancia, abandono y exclusión. Esta historia comenzó cuando el Centro de Tolosa fue adjudicado a una empresa que trajo al centro un perfil de educadores y una coordinadora que concebían a los menores como un enemigo. Compartía con ellos el día a día, sus silencios, sus tristezas, sus alegrías, sus frustraciones y emociones; su sentimiento de desprecio y abandono. Simplemente con mirarles a la cara notaba una rebeldía alimentada por el desprecio institucional al que estaban sometidos en Tolosa.

Los conocía bastante bien a todos, conocía su pasado, su presente y sus expectativas de futuro. Lo que más me dolía es que la gran mayoría eran 02hijos de la calle, se habían criado en contextos que hacía que la gran mayoría presentaban carencias afectivas y te agradecían con el alma que simplemente cada mañana al despertar les regalaras una sonrisa.

Esos chavales me enseñaron cosas que los educadores tenían que haberles enseñado a ellos y no hicieron. Me regalaron su cultura: compartí con ellos el Ramadan, con su Tajin y su Harira. Me enseñaron el valor de la amistad, la lealtad y la solidaridad. Recuerdo muchos nombres, pero prefiero hablar en general. Muchos de ellos manejaban el dinero justo y a veces tenían dos cigarros y te daban uno, y se mosqueaban si no lo aceptabas. Cuando merendaban y me veían compartían su merienda conmigo. Me enseñaron a sonreír en la adversidad. Muchos de ellos tenían un panorama desolador en su país y a pesar de ello eran optimistas y no tiraban la toalla y me regalaban sonrisas de las que llegan al alma...eso es algo que no olvidare en la vida. Eso no se paga con todo el oro del mundo.

Cuando tenían un problema venían donde mí y lo hablábamos, buscábamos soluciones, alguna carta de amor ayudé a redactar, y esa confianza era algo que luego se traducía en respeto y solidaridad. Eso cuando viene de ellos es algo grandioso. ¿Qué puede haber mejor que un chaval hijo de la calle te de su confianza?

Iñaki y Max

Max aterriza en Irun escapando de Madrid donde ya no puede estar a causa de una orden de expulsión y porque tiene miedo de que lo detengan. Llega a casa de Iñaki donde lo alojarán por unas semanas. Mientras, Iñaki hará todo tipo de trámites y asesoramiento con Max. Cuando Max Cieviajó a Madrid para recoger sus penales en la Embajada, fue detenido en un control rutinario de la policía en el tren a Madrid. Detenido y encerrado. Iñaki fue quien se encargó de hablar con abogados e ir a buscarlo a una comisaría de Valladolid. Hoy en día Max sólo habla maravillas sobre Altube. Quizás por eso desfila en el alarde mixto de Irun...

Comparando con las personas extranjeras, los blanquitos vivimos como marqueses en esta sociedad y pienso que tenemos la obligación moral de hacer algo por ellas. Creo que en general son lo mejorcito de sus países, gente con iniciativa que viene porque quiere prosperar. Querer mejorar es lo más elemental de un ser humano y creo que hay que ayudarles- Iñaki.

Carlos y Youssef

Youssef llegó a la península escondido bajo un camión. Pasó por Sevilla, Madrid, Málaga, tres meses de trabajo en el campo de Murcia, Albacete. También probó suerte en Europa: Alemania, Francia, Bélgica, etc. Fue en Errenteria donde conoció a Carlos, profesor en el centro de formación profesional de la Fundación Sarea.

03Tuvo suerte porque en aquella época había demanda de trabajadores en la soldadura. Al principio Carlos estaba muy reticente, no sabía si Youssef respondería al compromiso y le puso una prueba. Carlos estaba en lo cierto pero, cuando le iba a dejar sin practicas, en el último momento cambio de opinión. Eso sirvió de trampolín para Youssef, ya que, después de las prácticas, le hicieran un contrato y empezó a normalizar su vida.

El primer día de prácticas no llegó a la Empresa. Ya estaba por cantarle las cuarenta, montándole la bronca a Youssef y él sin alterarse en ningún momento me pide que me tranquilice. Me llevó a un rincón y me dijo “vamos a hablar”, dándome una lección de saber estar y comportamiento. Es una de las cosas que destacan en él, esa manera de relativizar. Mientras yo monto una hoguera rápidamente, él mantiene la calma y el temple. Apoyamos casos y personas que vemos que muestran un compromiso. A partir de ahí se va estableciendo una relación de igual a igual después de que Youssef me invitara a tomar un café y cosas así. Me mantiene informado sobre cuestiones de su vida, como que ha tenido una hija hace poco. Y desde luego ha sido para mí un aprendizaje el tener una relación ‘gratuita’, basada en el querer estar con otra persona sin que haya nada que resolver o hacer. Nos hemos reído mucho. Youssef y yo. Él tiene su trayectoria y si sabemos estar ahí, sin forzar, esperando, en algún momento tú puedes ser una referencia para alguien. Youssef le vio interés a quedarse y de hecho se ha formado, ha ido a la EPA, a estudiar castellano, etc.

DiverYo lo único que quiero es tener una vida sin problemas. Los papeles en regla y un trabajo. Y cuando una persona quiere esas cosas necesita ayuda. Carlos me ayuda en el camino papeles y trabajo.

Hamza, Leo y Lourdes

Acaba de cumplir los 18 años. Hamza, que un día decidió hacer solo el viaje desde Marruecos a Euskadi está a la espera de un permiso de trabajo que le permita pisar firme en este camino que se está abriendo con ayuda de personas que le quieren. Personas como Lourdes, Leo, que siempre han tenido inquietudes y actitudes solidarias, sus dos hijos y Hamza, el ‘sobrino’ marroquí que conocieron un buen día en un centro de acogida para menores.

Lourdes y Leo conocieron a Hamza hace 2 años en una visita a UBA, Loiola, Centro de Acogida de Urgencia de la Diputación Foral de Gipuzkoa. Iban a visitar a otras personas ‘hasta que se cruzó Hamza’. Al poco de conocerlo, Hamza fue trasladado a un centro de Legorreta y ahí perdieron temporalmente el contacto, hasta que volvieron a cruzarse en Hernani, donde Hamza solía entrenar con el equipo de fútbol. Entre ellos se ha establecido una relación de tíos-sobrino.

A mí me gusta conocer gente, independientemente que sean de aquí o no. Estoy abierto a todo el mundo. Conocerles a ellos me facilita también conocer a más personas. No voy a decir que es fácil, pero tampoco imposible. Hay que tener ganas de implicarse. El que algo quiere algo le cuesta. Cuando conocí a Leo y Lourdes les llamé enseguida porque quería conocerles y tomé la iniciativa. Tal y como tengo amigos en Marruecos los quiero tener también aquí.

05Siempre les digo a mis hijos que son muy afortunados del hecho casual de haber nacido aquí y que se imaginen lo que tiene que suponer viajar y estar solo en un país. Esa sensación de desamparo o soledad que puede sentir alguien. Me parece profundamente injusta la diferencia que hay entre la vida de unos y otros. Además en nuestro caso es una relación muy gratificante porque él es una joyita. Conocer a Hamza a supuesto para quienes le conocemos el cambiar la imagen preconcebida sobre el menor marroquí como alguien conflictivo. Hamza es totalmente lo contrario: un muchacho gozoso, abierto, que no hace problema por nada.

Este grupo de alumnos y alumnas del colegio Salesianos de Urnieta, acude cada domingo a echar una mano al local de la Asociación Esperanza Latina. Tienen entre 14 y 15 años y ayudan a la gente de la asociación mediante apoyo escolar, clases de informática o simplemente compartir un espacio y un tiempo con personas que han llegado de otros países.

Nos pusimos en contacto con la Asociación y planteamos nuestras ganas de hacer algo frente a las necesidades que pudiesen surgir en la organización. Ahí empezamos a ir los domingos y básicamente ayudándoles a conocer el manejo de internet y las redes sociales para que se pudieran comunicar con sus familiares. Nos encontramos así con muchas mujeres que están en el servicio doméstico, trabajando de internas y sólo disponen del domingo para ir a la Asociación.

Estos encuentros han sido de un gran aporte y aprendizaje para los/as jóvenes. La gran mayoría de ellos/as nunca habían tenido una relación con personas latinoamericanas. Lo que surgió antes de comenzar a hacer esta actividad fueron los primeros miedos o los primeros prejuicios, preguntas como: “¿y no nos contagiarán algo? ¿no nos robarán? ¿no nos harán algo?”

Pero la experiencia les ha hecho darse cuenta que hay muchas cosas que nos igualan: que son personas normales que han venido a trabajar y a tratar de mejorar aquí porque quizás en sus países no tuviesen una situación que les acompañara demasiado esta tarea.

El primer día ya les dio la posibilidad de conocerse y deshacer prejuicios. Había una chica que quería descargarse fotos que su familia le había enviado, pero solo tenía un disquete y la alumna que le estaba apoyando le explicó que lo mejor para eso era un pendrive. En el momento la chica le dio dinero y le pidió que se lo comprase para el domingo siguiente porque ella trabajaba toda la semana y además no sabía bien qué era. La alumna se quedó impactada pensando que no le conocía de nada y ya le daba dinero y recordaba todos los prejuicios y miedos previos a 06empezar a ir al local de la asociación. La verdad que durante estos 4 años la experiencia es muy positiva.

El equipo surge como iniciativa de la Asociación de Latinoamericanos de Euskadi. Paco, el hijo de Ana (Argentina), la presidenta de la asociación, fue un poco el ideólogo de todo esto. Él nació aquí, toda su vida jugó al fútbol y por esta razón decidió organizar el equipo desde la asociación.

Desde sus inicios integró a sus amigos de aquí con miembros de la asociación que quisieran jugar, pero por el equipo también fueron pasando personas inmigrantes no asociados a Asoleus: africanos, magrebíes… y también los hijos de mujeres latinoamericanas, pero nacidos aquí.
La gran dificultad para que las personas inmigrantes jueguen es el tema de los gastos de la ficha para jugar en la liga. En muchos casos los paga la asociación, pero tampoco puede asumir todos los gastos. En la actualidad lo que más necesitamos es un sponsor que nos facilite poder asumir estos gastos y los de traslado, vestimenta, etc. Todo se hace desde el aporte de los jugadores y de la asociación a través de pequeñas subvenciones que no alcanzan a cubrir los gastos.

07De esta cuadrilla de Tolosa forman parte Mikel, Juanan, Youssef Ángel Navas, David, el otro Mikel, Mhamad, Iñaki y Echave. Conocieron a Mhamad y Youssef cuando estos llegaron a Tolosa: cuando no tenían empleo, ni vivienda. Fue en esa etapa cuando la cuadrilla de Tolosa les echó una mano, pero hoy, lo que tienen son dos nuevos amigos.

No se nos ha hecho difícil compartir con el que viene de fuera porque a la cuadrilla le ha gustado salir y conocer y eso también nos ha permitido estar abiertos al que viene de fuera en una relación de iguales, de apoyo y conocimiento mutuo.

Solíamos tratar de hacer actividades con los chicos que estaban en el CAU de Tolosa: los llevábamos al monte los fines de semana, les acompañábamos a las meriendas que se hacían los sábados, organizábamos actividades en la sociedad del Club de Montaña en los días de lluvia, etc.

Alberto Ibaiondo es socio de una cooperativa que se dedica al montaje de muebles.
Desde esta cooperativa y las relaciones que maneja ha dado trabajo a muchas personas inmigrantes, especialmente marroquíes y saharauis y les ha ayudado en los trámites para obtener la autorización de residencia. Entre todas las personas que han contado con su apoyo destaca la relación con la familia de Naama, de nacionalidad Saharaui.

Alberto tiene relación con los padres de Naama desde hace 14 años. El padre de ella vino a Tolosa y encontró trabajo con Alberto. La hermana mayor con un familiar y la madre cuidó de la esposa de Alberto cuando esta sufrió un infarto cerebral. Por lo cual se han ido tejiendo vínculos de apoyo mutuo entre las 2 familias. Naama tiene actualmente 23 años y dice que conocía a Alberto antes de verle porque en su casa había fotos de él. 08

Es fundamental el respeto por el otro para facilitar y garantizar la convivencia. Esta relación me ha permitido abrirme al mundo. A través de esta familia he conocido saharauis en Berlín, Granada, La Habana, Madrid, etc. He comprendido que todos somos iguales, que los problemas son de todos los seres humanos. A través de esta relación se han mezclado los entornos familiares. En mi cumpleaños nos hemos juntado 30: 15 y 15 de cada familia.

Ha sido una persona muy importante en mi familia, se le tiene mucho afecto, a mi me gusta su sentido del humor. Es como el hermano mayor. A lo largo de los años se ha consolidado la relación entre las dos familias, la relación es muy cercana, nos apoyamos mutuamente. El apoyo social es muy importante "porque te sientes querida, protegida". Hay que intentar no juzgar a la gente hasta conocerla. Hay un dicho saharaui que dice: "cuando miras los pecados de tu amigo, mira los tuyos..." y que tengamos en cuenta que todos tenemos defectos que "el que busca un amigo sin defectos se queda sin amigo”.

Julie es colombiana, madre de un niño. Estudia en la UPV-EHU un máster sobre migraciones. Vive en Hernani donde está toda su cuadrilla: Zuriñe, Oihana, Itxaso y Nerea. Dice que espera, poco a poco, aprender bien a hablar euskera.

09Hoy quiere apelar al reconocimiento mutuo, a lo que supone dejar el país de origen y el proceso de construir una nueva vida en otro destino. Explica que son muchos los factores que determinan que esa experiencia sea lo más semejante a lo que esperabas y desea agradecer a sus amigas y a su cuadrilla por toda su incondicionalidad y acompañamiento que le han permitido conocer mejor su nuevo entorno.

Entiendo que los lazos de cuadrilla son muy fuertes y consolidados de años atrás. Es por eso que aprecio aun más que me dejen ser parte de tan divertido y especial grupo. Las quiero a todas y siento que con cada una tengo algo en común. Quiero agradecerles por la paciencia del primer año, el apoyo en el siguiente y el tiempo que viene en el que compartir es una prioridad. Mi vida en Hernani es plena y feliz gracias a mi esposo y su familia y a mi cuadrilla. Son las mejores nanas para baby Mika. Gracias por aceptarme como soy, escucharme y entenderme.

Mariaje y Rachid
Mariaje es de Hernani. Conoció a Rachid a través de una amiga en común. Rachid es de Tánger - Marruecos y llevaba poco tiempo en Donostia cuando se cerró el Hotzaldi, y se quedó, como muchos otros, en la calle. Se le propuso ir a vivir a Hernani, con Mariaje, que le acogió encantada. Tendría que dormir en la sala, pero él igual estaba muy contento. 10

Desde el primer día se entendieron muy bien a pesar de que Rachid hablaba muy poquito castellano. Mariaje le echaba mucha paciencia y entre una cosa y otra hacían grandes charlas.

Ahora intercambian el aprendizaje de euskera y el árabe, y aunque ya no viven en la misma casa, se suelen visitar, charlan o se hacen unas partidas al parchís. Lo bonito es ver la buena amistad que tienen y cómo se ríen juntos

Nos reímos mucho con todo; por ejemplo, en las comidas, a mí me parecía que Rachid comía muy poquito, pero la verdad es que a Rachid le gusta la comida marroquí o mediterránea, vamos lo clásico; y yo soy más de macrobiótica. Total, que cada uno se hacía su comida y tan contentos.

Amigos de Loiola Etxea

“QUIEN VIENE A NUESTRA CASA ESTÁ EN SU CASA”11

Gabor, Neik, Ayoub, Rahal e Ibrahima han comenzado un camino hacia la autonomía tras unos años de búsqueda y esperanza. En este recorrido les acompañan Guada y Miguel y sus 5 hijos (Irati, Pablo, Itziar, Lucía y Paula), así como Amaia y su hija María, quienes les han abierto las puertas de su barrio y su familia. Participan juntos de las diversas actividades que desde Altza se hacen como una manera de ir conociendo e integrándose al barrio. Poco a poco se han ido estrechando los vínculos, hasta el punto que ya se sienten parte de una gran familia en la que se comparten las tristezas y las alegrías, con la que se cuenta para echar una mano en lo que se necesite o para disfrutar de la compañía de unos y otros. Guada, Miguel y familia conocieron a los chavales a través de su labor de voluntariado en Loiola Etxea en la que hasta hace un tiempo vivían los jóvenes. A partir de ahí, se han ido tejiendo redes de amistad y apoyo que hace que actualmente éstos jóvenes cuenten con esta familia como un referente importante en la construcción de su vida autónoma.

Ainara y Hamza

Conocimos a Hamza en el centro de acogida de Deba. Yo solía ir a visitar a un chico y en aquel momento Hamza era menor. Cuando Hamza cumplió la mayoría de edad, le propuse venir a vivir con nosotros: conmigo, mi marido y mis hijas. Hamza nos ha aportado a mí y a mi familia unas costumbres que desconocíamos, lo cual te ayuda a entender mucho mejor a otras culturas. Me ha enseñado a tener mucha paciencia, a abrir más mis puntos de mira en determinados asuntos, dejar atrás prejuicios y solo ver a una persona que necesita ayuda. Él ha visto a una familia que le acogía sin ningún miramiento, dándole todo lo que él necesitaba en ese momento que era cariño, apoyo. Yo me comprometí a buscarle un trabajo y un sitio donde estar. 12

Al mes de estar en mi casa Hamza ya tenía un trabajo. Posterior a ése tuvo otro trabajo más, y ahora un tercero donde está muy bien. Él se lo ha merecido porque es un chico muy serio, ha puesto gana e interés y lo ha sacado adelante. A pesar de que alguna gente nos mostraba su preocupación por meterle en casa, la verdad es que nunca hemos tenido problema. Es una persona muy abierta, y aunque condicionado por su religión entiende las cosas. Entiende una sociedad como la nuestra en la que hay otra manera de vivir. Se adapta aunque no esté necesariamente siempre de acuerdo con todas las costumbres. Ha hecho labores de hermano mayor con mis hijas, les ha apoyado, ayudado. Ahora es independiente, ya no vive con nosotros. Ahora es él que ha acogido en su habitación a un chico, le está pagando la habitación con su dinero hasta que esta persona encuentre un trabajo y una casa.

Ibrahim y Maixabel

Era el último año de Maixabel en la EPA de Lasarte, donde era profesora de castellano. Allí llegaban personas de todas partes del mundo, hasta que apareció Ibrahim, que vivía en un centro de acogida en Andoain. Maixabel recuerda que cuando subía las escaleras para entrar en clase allí Mundoestaba él mirando por la ventana y saludando alegremente. Nos reíamos muchísimo. Enseguida se dio cuenta de que Ibrahim iba solamente a pasar el tiempo, no a estudiar y así pasó el curso. Cuando llegó el verano, Maixabel le invitó a pasar unos días con ella y enseguida tanto ella como su hermana le fueron cogiendo cariño y pensaron que quizás podían acogerle en casa. Al principio iba los fines de semana, pero cuando Ibrahim empezó a trabajar en Hernani, decidió que no tenía sentido continuar en Sorabilla.

Para mí ha sido bastante fácil integrarme, por mi relación con Isabel, mis compañeros de trabajo, etc. Tengo una cuadrilla con la que me llevo muy bien. Me ha resultado fácil y la verdad es que con la gente estoy bien. Depende también de cómo te comportes. Si te respetas y respetas a los demás la cosa funciona. Es lo que me ha pasado a mí.

En mi país hay un dicho que dice que cuando te vas de casa ya sabes lo que dejas pero no lo que vas a encontrar. Para mí encontrar a Isabel ha sido como encontrar un diamante en el camino. Me ha apoyado mucho, como una madre. Eso es algo que le agradeceré siempre. Algún día le responderé como corresponde.

Elvira y Anouar

Elvira escuchó en el programa de Txema Auzmedi de Herri Irratia un reportaje sobre la situación de los menores de centros que, tras cumplir la mayoría de edad, se quedaban sin recurso y la posibilidad de que se produjera un acogimiento familiar a través de un programa supervisado por Loiolaetxea y la Diputación de Gipuzkoa. Se puso en contacto y comenzó el acogimiento de Anouar.

En principio lo que se planteó fue un mínimo de 3 meses y un máximo de un año. Al final Anouar vivió con ellos 4 años y ahora recientemente se ha emancipado. Anouar tiene ya 22 años, vive solo y trabaja.

Siguen teniendo un estrecho vínculo. Anouar participa en todas las reuniones familiares. La más reciente la boda de su hijo a la que Anouar va como un miembro más de la familia. 

Estoy encantada con la experiencia. Le quiero como a un hijo. Yo no tuve miedo: tenía claro que si la historia no funcionaba el más perjudicado sería él y que no quería ayudar a nadie que no quisiera ser ayudado- cuenta Elvira.14

Glenda y Mor

Glenda Patricia es originaria de Centroamérica, Mor de Senegal. Su historia empezó en marzo 2008. Mor vivía en Bilbao pero se desplazaba regularmente a Gipuzkoa para la venta de discos. Así se encontraron un día en el mercado de sábado en Lasarte. Patricia invitó a Mor a las actividades de Esperanza Latina organizadas durante el fin de semana. Poco a poco Mor ha ido participando en las mismas y ahora es socio.

La oferta de Esperanza Latina ha sido muy importante para mi proceso de integración: para aprender el idioma, para utilizar ordenador, para hacer amigos y amigas. Al principio me costaba, y a la gente de mi entorno le costaba entender qué encontraba yo en común con las personas de

Esperanza Latina, y soy el único socio senegalés y musulmán. He aprendido que el tratar con no-musulmanes no es necesariamente un riesgo sino una oportunidad y, tanto dentro como fuera de Esperanza Latina he podido constatar el respeto a mi religión.
En las comidas organizadas en Esperanza Latina se toma en cuenta que no puede comer cerdo. La apertura activa a personas de otras culturas y procedencias implica la superación de determinados miedos.

Paco, Tania y Liuvob

15Paco es de Donostia. Empezó hace unos años por su cuenta a aprender ruso, pero necesitaba clases para mejorarlo. Una tarde, se acercó a un puesto donde vendían Matrioskas preguntando si conocía a alguien que le pudiese dar clases particulares a cambio de que él le enseñase español. Así conoció a Liuvob, una mujer ucraniana que llegó hace 5 años con su marido y su hija. Empezaron con las clases de ruso, pero éstas sólo fueron la excusa para tejer una gran amistad. A través de Liuvob conoció a la familia, a Tania, a sus primas, etc., con quienes tiene una bonita amistad y les ayuda en todo lo que puede.

“Mi padre nunca me escuchaba así, yo nunca hablé con él así como hablo con Paco. Es una persona muy importante, me gusta estar con él; me siento tranquila, me apoya en todo. Nos escuchamos el uno al otro, todos necesitamos ser escuchados”- dice Liuvob
Son mis amigas. Ellas son mis amigas, ¿cómo no les voy a ayudar en lo que yo pueda? – dice Paco.

“Paco es el chico para todo: cuando vamos a Eroski, él nos pasa a buscar con su coche, que nosotras no tenemos, nos ayuda con las bolsas, o cuando no entendemos un documento y necesitamos que nos traduzca, a Liuvob cómo le ayudó con su marido cuando no podía venir de Ucrania, hasta de niñera hace también con la niña. Luego subimos a casa y nos tomamos algo todos juntos y al día siguiente llama ¡y nos agradece lo a gusto que ha estado!”- dice Tania.

Denis y Dina

Denis llegó a Zarautz desde República Dominicana con su marido y su niño. Cuando su hijo de 7 años volvía de la escuela siempre le hablaba de su mejor amigo en clase. En el primer cumpleaños de su hija pequeña, Denis invitó al mejor amigo de su hijo y así conoció a Diana, su madre.

16Desde el principio se lo pasaron muy bien juntas: son confidentes, compañeras y buenas amigas. Incluso han descubierto que sus vidas son bastante paralelas, comenzando con que sus hijos nacieron sólo con un día de diferencia.

Diana me ha ayudado a integrarme en esta sociedad: a conocer otra forma de pensar. A mí me ayuda mucho. La cultura y el ser humano son cosas diferentes para mí, porque en todas las culturas hay personas buenas y personas malas-dice Denis.

Denis y yo también tenemos vidas casi paralelas, dentro de las diferencias culturales, tenemos muchas cosas en común. Tenemos la misma edad, nos quedamos embarazadas a la vez. Nuestros hijos sólo se llevan un día -cuenta Diana.

Mireia y Azziz

Mireia y Azziz se conocieron en Azkoitia, donde ambos vivían. Cuenta Azziz que Mireia empezó a ir al bar donde él solía estar con sus amigos marroquíes; empezaron a hablar y se gustaron. Ya llevan 2 años juntos. El apoyo ha sido mutuo: Mireia le ha apoyado con la documentación y Azziz le ha dado la estabilidad que ella estaba buscando.

17Hay gente que lo acepta y otros que no. Dicen que a los más jóvenes les extraña menos. Alguna gente cree que ella es educadora social y él un chaval que ha conocido donde ella trabaja, pero eso son solo estereotipos que a ellos, poco les importan.

Antes desconocía toda la burocracia y tramitación de la residencia y todos los impedimentos que existen. De hecho en otras situaciones en las que he estado en posición de poder viajar, ¡ni plantarme esos problemas! Es a raíz de lo que estoy viendo con él que me doy cuenta de las diferencias que hay entre unos y otros. Antes tenía prejuicios, claro, decía que no me llamaban la atención los marroquíes y me daban como miedo, pero es ese desconocimiento. Pero ya ves, te puedes enamorar de cualquier persona. Al final, nos hemos casado
Hay algunos que lo aceptan y otros que no lo aceptan, no somos todos iguales. Como a ella igual le dicen que está con un marroquí o mí que estoy con una vasca. Si que encuentras comentarios, pero yo no lo veo como algo que nos pueda separar. Mi familia nunca me ha dicho nada por estar con una europea: mi religión me deja estar con personas que no son musulmanas también. Cada uno puede tener su cultura y podemos aprender de todos.

Harkaitz y Laura

Harkaitz es de Zarautz. En su primer día en trabajo estaba esperando a que abrieran la puerta. Por la calle venía Laura, una chica argentina que estudiaba bellas artes: venía con su portafolio y la mochila de clase. Dice Harkaitz que eso fue lo que le hizo fijarse en ella, pues él es músico. Resultó que eran compañeros de trabajo y esperando que abrieran la puerta empezaron a hablar. A los dos meses vivían juntos. De eso hace ya cuatro años.18

Como personas, como individuos, no encontré diferencias, siempre nos compenetramos súper bien. Culturalmente igual si ves diferencias, pero es lo normal… pero eso puede pasar entre personas del mismo pueblo.

Al principio lo veía en el sentido de que nos miraban mal, como diciendo “qué hace esta negrita con este.” Y hoy en día ya ni me fijo. A veces, él me agarra y me dice “No, que hace esta chica hermosa con este”-relata LauraYo le diría a la gente que salga más. El que pueda, que viaje: es muy enriquecedor, se aprenden cosas que la tele no te enseña. Es importante salir. Eso lo que te hace es que luego, cuando ves a alguien que ha venido aquí, por lo que sea, ya sea de vacaciones o a vivir, puedas empatizar mejor, puedas sentir qué es estar en un lugar que no era el tuyo y hayas podido sentir cómo te han acogido en otros lugares, lo que te ha gustado que te acojan y te traten bien -dice Harkaitz.

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