21 Preguntas sobre los incidentes racistas en las aulas

Mugak55

Otero García, Kepa 

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
(Declaración Universal de Derechos Humanos)

1. ¿Existen realmente los incidentes racistas?

En el curso 2007/2008, llegaron varios casos a la Comisión Pedagógica de SOS Racismo de Bizkaia. He de señalar que estos casos llegaron sin haber lanzado una campaña específica al efecto. Llegaron, pues, sin haberlo buscado y en el contexto de las muchas denuncias que se dirigen a la asociación SOS Racismo.

Los casos fueron los siguientes:

a) Instituto de la red pública con expresión de frases racistas y xenófobas hacia compañeros y compañeras inmigrantes.

b) Instituto de la red concertada, sin presencia de inmigrantes, donde un alumno expresa por escrito graves afirmaciones racistas.

c) Escuela de Educación Primaria donde se observan comportamientos de niños y niñas que podríamos denominar racistas hacia el alumnado sudamericano.

d) Colegio de la red concertada donde, en la reunión de principio de curso, madres autóctonas piden que se eche a los y las inmigrantes.

e) Instituto de la red pública con problemas de racismo; entran en colisión diferentes minorías étnicas.

f) Colegio de la red concertada donde, al parecer, hay un desvío del alumnado inmigrante que entra por la Comisión de Escolarización.

g) Actividades extraescolares de un colegio público –contratadas por la AMPA- donde una profesora lanza un insulto racista a un alumno sudamericano.

2. ¿Qué es un incidente racista?

Un incidente racista se refiere a cualquier acontecimiento que sea susceptible de ser percibido como tal por la víctima del mismo o por cualquier otra persona. Puede variar desde el abuso verbal hasta el asalto físico. Los incidentes racistas en los centros educativos pueden variar desde hacer comentarios, observaciones o “bromas” racistas, pasando por excluir a un individuo hasta llegar a causar daños serios por medio de ataques físicos. Es importante recordar que algunos incidentes que, en un principio, pueden ser de naturaleza menor pueden tener un efecto a largo plazo perverso para las víctimas. Los centros que deciden ignorarlo o minusvalorarlo o, simplemente, negar su existencia, están transmitiendo un mensaje erróneo a los jóvenes. El éxito de una sociedad igualitaria depende de que los niños y niñas de hoy crezcan de manera que estén preparados para denunciar cualquier forma de racismo.

3. ¿Cómo diferenciamos bullying e incidente racista?

Son dos violencias diferentes y las motivaciones que las impulsan también son diferentes. Fundamentalmente, el bullying es una acción o marginación cometida entre iguales. Así, y según definición al uso, podríamos decir que una alumna o alumno es agredido o se convierte en víctima cuando está expuesto, de forma repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que lleva a cabo otro alumno o varios de ellos. En esta afirmación encontramos dos características diferenciales entre el bullying y el incidente racista. Éste, a diferencia del bullying, no tiene necesariamente que repetirse en el tiempo, puede perfectamente ser un hecho aislado y puntual. Tampoco es en exclusiva una actuación entre iguales. El incidente racista puede derivarse de la actuación de los iguales, de los adultos o de la institución.

4. ¿Qué tipo de sociedad da lugar a los incidentes racistas?

Definir la sociedad es complejo. Se puede hacer en base a muchas variables de tipo económico o social. Pero lo que aquí nos interesa analizar es la respuesta de tipo psicológico con la que la sociedad se posiciona ante el otro diferente. Mecanismo que, a su vez, se ve reflejado en muy distintos campos. Así podríamos decir –con Francesc Carbonell- que nuestra sociedad es la sociedad de la desconfianza, porque ante el otro diferente éste es el mecanismo psicológico que ponemos en marcha. Aparece cuando nos enfrentamos a algo que desconocemos, que no nos es familiar. Es, por tanto, una pulsión instintiva. Dos sentimientos activan la desconfianza: el sentimiento de incertidumbre y el sentimiento de vulnerabilidad. La confianza es un aprendizaje, y se hará presente en la medida que se vayan desalojando las percepciones producto de la desconfianza. En la medida que los sentimientos de incertidumbre y vulnerabilidad vayan disminuyendo, se posibilitará la confianza.

5. ¿Qué nos ayuda a construir la necesaria confianza?

Si educamos en y para la igualdad en dignidad de las personas asistiremos a un progresivo desalojo del sentimiento de vulnerabilidad, además de incidir en el sentimiento de incertidumbre.

Por otro lado, si educamos en y para el respeto a la diversidad, además de la influencia que tenga en desalojar el sentimiento de vulnerabilidad, nos llevará a un progresivo desalojo del sentimiento de incertidumbre.

Ello tendrá repercusión en varias cuestiones:

a) Provocar un aumento de la autoestima por el hecho de valorar como iguales a todo el alumnado del centro, incluidos los y las que pertenecen a grupos minorizados y que están en riesgo de exclusión.

b) Reconocer colectivamente, tanto en los reglamentos como en las actividades cotidianas, el derecho inviolable de todas las personas a la integridad física y psíquica.

c) Rechazar con contundencia cualquier tipo de agresión, insulto o actitud discriminatoria.

6. ¿Qué repercusión tiene la desconfianza en lo social?

En este aspecto, fundamentalmente, oímos ideas como la de que las personas deben “integrarse”. En mi opinión la palabra integración es un término polisémico. A veces, tiene connotaciones de buena voluntad. Pero, otras veces, cuando, por ejemplo, se dice si vienen que se integren, muestra una connotación de dominación.

En todo caso, no me valen las supuestas ideas –incluso de asociaciones pro-inmigración- que hablan de utilitarismo social: garantizarán las pensiones, aportan demográficamente, etc. No puede contemplarse este utilitarismo socio-económico en lo que se refiere a derechos humanos.

7. ¿La inmigración pone en cuestión nuestros valores culturales?

Por un lado, soy de la opinión de que es muy difícil definir nuestros valores culturales como algo homogéneo. Por otro lado, la presencia de la inmigración no pone en cuestión ningún supuesto valor cultural. Y, en definitiva, si los pusiera ¿qué?

8. ¿Qué reflejo tiene la desconfianza en lo político?

Primero los de aquí parece, a simple vista, un lema agitador de la extrema derecha. Sin embargo, la prioridad nacional está presente en nuestra realidad política y legislativa.

9. ¿Qué dice la opinión pública?

A raíz de distintas encuestas se han establecido diferentes tipos de respuesta ante el “otro” diferente. Opto por seleccionar la de María Ángeles Cea para el caso del estado español. Así, a raíz de investigaciones de tipo sociológico, señala tres tipos de actitudes: los tolerantes, los ambivalentes y los reacios ante la inmigración.

10. ¿Cómo se transmite la desconfianza?

Digamos que, en este aspecto, lo curricular tiene una importancia clave. Los estudios sobre libros de texto nos hablan, en general, de observancia respecto a lo “políticamente correcto”. Sin embargo, cabría preguntarse sobre los efectos que la omnipresencia de una determinada cultura tiene en la percepción que hace el alumnado del otro diferente, proveniente seguramente de una cultura no reflejada en lo curricular.

11. ¿Es posible una llamada educación intercultural?

Aunque en la literatura anglosajona los términos intercultural y multicultural se toman como equivalentes, en las reflexiones que se hacen a nuestro alrededor lo intercultural significa una superación de lo multicultural. Así podríamos decir que lo de multi-cultural se refiere a una situación dada, mientras que lo de inter-cultural apunta ya a su solución, puesto que se instaura una relación activa entre cultura y actitudes interrelacionales de mutuo conocimiento y aprecio por parte de las etnias que conviven en la escuela, como base de una comprensión y aceptación recíprocas.

El interculturalismo es la relación entre culturas de idéntica implantación en aras a la comprensión y conocimiento del otro cultural. Es una relación entre iguales culturas, que, libremente y sin ningún motivo que afecte o condicione directamente a los miembros de sus respectivas comunidades (trabajo, inmigración, mejora económica, contexto de hábitat extraño, etc.), pretenden encontrarse, conocerse y comprenderse mejor, para cohesionar un proyecto político a largo plazo

Este modelo de interculturalidad promueve tres grandes principios:

- La igualdad de oportunidades de todas las personas a la hora de compartir un mismo espacio y tiempo, y convivir en él.
- El respeto a la diversidad.
- La creación de entornos sociales que posibiliten el intercambio y el enriquecimiento mutuo entre sujetos de orígenes étnicos o culturales distintos.

El factor clave para entender lo intercultural se situaría en el deseo de facilitar espacios para el intercambio, el enriquecimiento y la comprensión. Se trata, pues, de un proyecto de realización, y no de un descriptor de una realidad acabada y analizable.

La interculturalidad, por tanto, parte de la necesidad de interdependencia entre los sujetos de una misma sociedad, y esa misma interdependencia es la que marca el rumbo que permita ir algo más allá de la constatación de la realidad en sí misma o de gestionar las disonancias propias de la convivencia entre personas de pertenencias culturales o étnicas distintas.

Por eso se afirma que:

- La interculturalidad no es sólo un discurso sino también una práctica, que se realiza en la vida del día a día, con proyectos de futuro que recogen lo bueno y lo mejor del pasado. El pasado sólo tiene sentido si es capaz de proyectar el presente hacia el futuro.

- La interculturalidad no se construye en abstracto sino que la practican las personas concretas, con nombres y apellidos concretos, en barrios concretos, con voluntad de no conformarse con lo ya dado e ir más allá en la búsqueda de mayores cuotas de igualdad y justicia social.

- La interculturalidad no es responsabilidad ni de los políticos ni de la administración, sino de la sociedad civil; está desprovista de oficialidad y nace de la espontaneidad y la creatividad de los miembros de comunidades concretas.

- La interculturalidad no se encierra bajo las siglas o los muros de ninguna institución concreta, sino que irrumpe en todos los espacios y en todos los tiempos.

- La interculturalidad fundamenta su acción en el reconocimiento de un axioma básico: todos los seres humanos somos iguales en esencia y diferentes en existencia. Por eso las prácticas interculturales no tienen por qué ser un muro sino un puente.

En definitiva, no ha de ser una asimilación de las minorías culturales, so pretexto de la igualdad de oportunidades. Tampoco ha de ser una presentación de las otras culturas como algo acabado, estático y homogéneo y como un objeto independiente de los sujetos reales portadores y recreadores de dicha cultura, e independiente también de los contextos en que viven dichos sujetos. Tampoco ha de consistir en la introducción en los curricula de aspectos fragmentarios, de partes sin sentido, de las culturas minoritarias, hecho que promueve inevitablemente la estereotipia, el exotismo y la folklorización. Finalmente, tampoco ha de conllevar la creación de clases especiales para escolarizar a alumnos y alumnas de culturas minoritarias con el pretexto de adaptarse a su diferencia o a sus necesidades. Un itinerario común y en común deberían ser requisitos previos a cualquier planteamiento intercultural.

12. ¿Existe la educación antirracista?

Se sitúa en los ámbitos académicos y sociales británicos la irrupción, mediados los años 80, de una crítica a la política conservadora que ponía el acento en los términos de clase y de poder. Este movimiento se llamó Educación Antirracista y definía el antirracismo como la tarea del movimiento de enseñantes que entendía que la comprensión cultural, la interculturalidad, estaba mediada por el distinto papel social y jerarquía que los grupos étnicos jugaban en la sociedad británica. En este contexto, los teóricos del enfoque crítico antirracista sostienen que la educación basada en la comprensión individual de las culturas no erradica el racismo, ya que el racismo no está basado sólo en malentendidos culturales e imágenes negativas de las culturas minoritarias. Las buenas intenciones de los enseñantes que asumen el desarrollo de currícula escolares proporcionadores de un impacto positivo de las culturas minoritarias son erosionadas constantemente por los efectos de la competencia social y económica por limitados recursos y oportunidades.

13. ¿Qué diferencia a lo intercultural de la educación antirracista?

- La educación intercultural cree en la perfectibilidad de las estructuras sociales existentes mediante la creación de valores compartidos. Su esperanza consiste en que tales valores compartidos permitan el progreso de todos los grupos sociales.
Por su parte, para los antirracistas, la sociedad no es vista como un área neutral donde compartir valores, sino como lugar donde los valores dominantes discriminan a otras culturas que no los poseen porque poseen otros. Poderosas fuerzas operan en contra de la prosperidad y el progreso de los grupos minoritarios, y reducen el impacto de las conquistas educativas de motivación y autoestima.
Hay por lo tanto una posición distinta de comprensión del modelo social imperante. En un caso hay aceptación del sistema socio-económico existente y sus relaciones de poder. En el otro hay una crítica y se aboga por su modificación.

- La educación intercultural confía en que las políticas educativas a largo plazo persuadirán al individuo para cambiar sus actitudes hacia otras personas y sus culturas. El racismo es visto así como una desafortunada aberración personal basada en el equívoco o la ignorancia que puede ser corregida y curada por la información. Esta propuesta trata de apreciar el pluralismo cultural así como prevenir la fragmentación de la sociedad en grupos separados y conflictivos. El término de raza es visto como cultural y despolitizado. La educación intercultural se plantea desde un punto de vista no político.

- Esta diferencia en el énfasis en los factores políticos o culturales distingue los objetivos de las dos filosofías. Desde el campo intercultural se sostiene que su pretensión es lograr una mayor justicia social. Pero existe una diferencia de lo que se entiende por justicia social. Para los interculturalistas la justicia social lo es en términos de igualdad de valores culturales. Las demandas de la educación antirracista suponen igualdad de oportunidades y progreso equivalente para los miembros de todos los grupos raciales.

14. ¿Qué ventajas aporta al análisis la educación antirracista?

La diferenciación entre concepciones culturalistas y el antirracismo no es, en modo alguno, un problema terminológico. Es, por encima de todo, un tema ideológico. Así, la concepción culturalista, como se ha dicho antes, analiza el otro cultural, las relaciones de tipo cultural que establecen los individuos y las colectividades. Y en este aspecto hay mucho de aprovechable en las concepciones interculturalistas. Pero el antirracismo contempla variables de tipo socioeconómico que coadyuvan una visión más completa de la relación con el otro diferente. Cuestiones como el reparto o las cuotas de alumnado inmigrante, por poner un ejemplo, tienen distintas visiones según se analicen desde una perspectiva culturalista o desde una perspectiva antirracista.

15. ¿De qué hablamos cuando nos referimos a la discriminación racial?

Existirá discriminación directa cuando, por motivos de origen racial o étnico, una persona sea tratada de manera menos favorable de lo que sea, haya sido o vaya a ser tratada otra en situación comparable.

Existirá discriminación indirecta cuando una disposición, criterio o práctica aparentemente neutros sitúe a personas de un origen racial o étnico concreto en desventaja particular con respecto a otras personas, salvo que dicha disposición, criterio o práctica pueda justificarse objetivamente con una finalidad legítima y salvo que los medios para la consecución de esta finalidad sean adecuados y necesarios.

Cuando se produzca un comportamiento no deseado relacionado con el origen racial o étnico que tenga como objetivo o consecuencia atentar contra la dignidad de la persona y crear un entorno intimidatorio, hostil, degradante, humillante u ofensivo. A este respecto, podrá definirse el concepto de acoso de conformidad con las normativas y prácticas nacionales de cada Estado miembro. (Directiva 2000/43 del Consejo Europeo. De 29 de junio de 2000.)

16. ¿Qué es racismo?

Por racismo entendemos:

a) un comportamiento social, y las ideas e instituciones socio-políticas que lo apoyan, que incluye una serie de mecanismos diferentes y complejos, aprendidos desde la infancia,

b) que consiste en clasificar a las personas en grupos, es decir que se trata de utilizar lo que creemos acerca de un grupo para referirnos a los individuos, sobre la base de diferencias reales o imaginarias, lo importante es que esas diferencias sean creíbles y creídas,

c) que se asocian a comportamientos (también reales o imaginarios) de las personas del grupo y se generalizan para todos los miembros del grupo

d) cuyo objetivo es justificar una jerarquía entre los grupos, haciendo creer que unos son mejores que otros

e) esta jerarquía es la que nos hace aceptar los privilegios de las personas de un grupo sobre las de otro, en términos de bienes sociales: poder, prestigio y dinero

f) y tiene el poder de hacer recaer la culpa de la desventaja en la víctima, porque se hace creer a todos la explicación de que algunas personas valen más y por lo tanto merecen más y mejor, por el simple hecho de ser clasificados en un grupo y no en otro.

17. ¿Qué actitud debe tomar el profesorado ante la discriminación racial?

Encarar las discriminaciones racistas –las directas y las indirectas- requiere de actitudes en lo personal y en lo institucional. La labor del profesorado requiere unos mínimos como nos recuerda Carbonell (2005): “Así pues, si bien cada profesor o profesora es libre, indiscutiblemente, de tener la ideología que le parezca más adecuada y de actuar como juzgue más oportuno en su vida privada, en su actividad profesional –en el supuesto de que la ejerza en el periodo de escolarización obligatoria y lo haga en un centro sostenido con recursos públicos- queda fuera de toda duda, según mi opinión, que tiene la obligación legal de implicarse en promover las condiciones necesarias (en su aula, en su centro) para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en los que se integra sean reales y efectivas.”

Hay una actitud personal de ser conscientes en todos y cada uno de los momentos de que se trata con seres humanos siempre y que están dotados de una dignidad que hay que respetar y valorar profundamente. Esta actitud personal nos debe llevar a reflexionar sobre los estereotipos y prejuicios que cada uno tenemos. Y debe ser con una actitud plenamente autocrítica como lo hemos de encarar.

18. ¿Cómo se pueden prevenir los incidentes racistas?

Prevenir significa, en consonancia con lo dicho anteriormente, un compromiso en un doble sentido: personal, ser consciente de la importancia de nuestra actitud y de los mensajes que transmitimos y un compromiso profesional que debe ir por unos senderos concretos:

- declarar, bien en el ideario del centro (PEC) o bien en documento específico al efecto, un claro y contundente compromiso con el antirracismo y toda forma de discriminación;

- modificar el currículum (PCC) de cara a que los contenidos curriculares contemplen un reflejo de la diversidad social y cultural;

- crear un clima cooperativo dentro del aula;

- reflejar en las programaciones de aula las opciones diversas presentes en el mismo;

- trabajar en el claustro la competencia intercultural y antirracista;

- tener presente dicha competencia a la hora de programar las diferentes actividades educativas;

- recoger en el Plan de Acogida la declaración y el compromiso contra el racismo y la discriminación;

- tener claras en las actividades de formación del profesorado y en el plan de acción tutorial estos temas;

- reflexión-acción del profesorado sobre los distintos incidentes habidos, ver en qué ha fallado la comunidad educativa y tomar medidas para futuras ocasiones;

- dotar al alumnado, en general, de instrumentos de reflexión partiendo del artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Así, pues, recapitulando, diremos que prevenir es mantener una actitud personal y colectiva de análisis de los propios estereotipos y prejuicios.

19. ¿Qué tipo de incidentes racistas se pueden dar?

COMENTARIOS RACISTAS NO ESPECÍFICOS. Quiere decirse con ello que el comentario no está dirigido en concreto contra ningún individuo, pero este puede ofender de manera indirecta a determinadas personas.

OSTRACISMO Y/ O MARGINACIÓN. Es un tipo de actitud que encontramos con frecuencia en nuestras aulas. Se trata del rechazo o la exclusión deliberada hacia un individuo o hacia un grupo concreto. Frecuentemente, va unido a características únicas y diferenciadoras de ese individuo o grupo; habitualmente va ligado al bullying.

DESVÍO DE LA MATRÍCULA EN UN CENTRO. Nos consta que no es muy generalizado pero que ocurre. Habitualmente, se realiza mediante la transferencia de la responsabilidad a la familia; se les dice que en tal otro centro estará mejor porque hay más recursos. Una variable de este incidente racista, en la Comunidad Autónoma del País Vasco, tiene que ver con el tema de los modelos lingüísticos.

INSULTOS RACISTAS. Se trata de comentarios racistas dirigidos a un individuo o un grupo concreto.

DISEÑAR DIFERENTE ITINERARIO EDUCATIVO. La mezcla de bajas expectativas y de generalización junto con la idea extendida socialmente de que las personas inmigrantes han de ocupar puestos de trabajo de baja cualificación, hace que, en cuanto cumplen la edad, se les intente desviar hacia itinerarios educativos que desembocan en cualificaciones profesionales muy determinadas.

SEGREGACIÓN. Hemos visto, con el ejemplo de Catalunya (a cuenta de los EBE, Espacios de Bienvenida Educativa) cómo los responsables políticos pueden dar lugar a este grave incidente racista. Se trata de apartar al alumnado en centros o aulas específicos, bajo el pretexto, habitualmente, de su desfase lingüístico en el idioma autóctono, aunque, a veces, también se invoca el conocer la cultura y costumbres del país de acogida.

AMENAZAS Y VIOLENCIA RACISTA. Las amenazas racistas pueden darse dentro del aula. Sin embargo, la violencia racista es posible que ocurra fuera del centro escolar. Ambas deben ser siempre tratadas en el aula. Se propone para ello un tratamiento individualizado, poniendo en marcha medidas de las que sea consciente toda la comunidad escolar.

20. ¿Qué debemos hacer ante los incidentes racistas?

FRENTE A LOS COMENTARIOS RACISTAS NO ESPECÍFICOS. En el plano individual la respuesta más efectiva es aquella que muestra sorpresa (“me decepciona oírte hablar de ese modo”) o sugiere una modificación de ese tipo de lenguaje. En el plano grupal, sería conveniente trabajar en tutoría los anti-valores que dichos comentarios comportan, haciendo consciente al grupo de la necesidad de implementar actitudes igualitarias y de respeto a lo diferente.

FRENTE AL OSTRACISMO Y/ O LA MARGINACIÓN. Hay que hacer un trabajo individual con la víctima para reforzar su autoestima y su autoafirmación como miembro del grupo y para despojarle de cualquier sentimiento de culpa, que, en estos casos, aparece con frecuencia. Pero el trabajo central ha de ser con el grupo.

FRENTE AL DESVÍO DE LA MATRÍCULA EN UN CENTRO. Ha de ser la administración la encargada de detectar y poner remedio a estas situaciones. Ello conllevará una exquisita formación en estos temas por parte de los inspectores e inspectoras de educación.

FRENTE A LOS INSULTOS RACISTAS. El tratamiento más aconsejable es un seguimiento individualizado tanto con la persona que ha proferido los insultos como con la víctima, a quien se le asegurará que se hará algo al respecto y se le pedirá que no responda en público.

FRENTE AL DISEÑO DE UN DIFERENTE ITINERARIO EDUCATIVO. Esta también es una cuestión complicada de detectar. Además, este tipo de incidentes suelen estar bastante disfrazados y, al final, te dicen que es la casualidad la que hace que sea alumnado inmigrante el que se desvía a programas educativos paralelos. Es también difícil que las personas que componen el centro educativo sean conscientes de estar cometiendo una injusticia. Las medidas de prevención que hemos señalado más arriba son imprescindibles. Es muy importante la formación del profesorado fundamentalmente para que las expectativas que se manejan con el alumnado inmigrante y perteneciente a minorías étnicas sean las mismas que para el resto.

FRENTE A LA SEGREGACIÓN. Hablamos de un tipo de incidente racista muy grave. Si es un centro educativo quien lleva a cabo este tipo de incidente, cabe la denuncia a través de las asociaciones que trabajan el tema. Si es la administración quien lo lleva adelante, sólo nos queda la contestación social.

FRENTE A LAS AMENAZAS Y LA VIOLENCIA RACISTA. La gravedad de esta situación viene determinada por dos factores fundamentalmente: la intencionalidad y el poso ideológico que refleja. Por supuesto, la primera reacción ha de ser de apoyo y amparo a la víctima y la absoluta colaboración con la familia de la misma. El grupo ha de ser consciente de que estamos ante algo inaceptable que debe ser combatido. La convivencia es un tema que debe ser trabajado minuciosamente.
Por otro lado, el trabajo de tutoría individual con la persona agresora ha de ser exhaustivo. Se trata de combatir las ideas que subyacen en un comportamiento de este tipo. Y se trata de combatirlo con una visión social, no podemos permitir que alguien salga de un centro educativo con este tipo de ideas. Trabajarlo, pues, trascendiendo lo puntual.

21. ¿Cómo encarar un incidente racista en nuestro centro?

Cada incidente racista es diferente, tiene un contexto particular y, en esa medida, es complicado –por no decir imposible- dar unas sugerencias universales sobre cómo tratarlo. Pero sí afirmaría que hay una serie de cuestiones básicas a la hora de encarar un incidente racista, que le dan un hilo conductor a cómo enfocarlo en la práctica. Voy a plantear aquí, y a modo de esbozo, sólo cuestiones que afectan a incidentes racistas en el seno del propio alumnado. Otra cuestión y otro enfoque tendría si dicho incidente proviene de la actuación de un adulto, del centro o del propio sistema educativo.

a) El primer paso es analizarnos a nosotros mismos. Ver hasta qué punto podemos ser poseedores de prejuicios, no sólo frente a la víctima (que los hay), sino también frente al agresor. Reconocer los prejuicios individualmente (y, si fuese posible, en ámbitos amplios) nos ayuda a ser conscientes de las dificultades que podemos tener a la hora de afrontar el problema con una mínima objetividad.

b) Analizar el contexto en el que se da el incidente racista. Qué trascendencia tiene el mismo (no es igual que un alumno o alumna haga un comentario sin ir dirigido directamente a nadie en concreto o que sea un insulto dirigido a un compañero o compañera). Además, hay muchas variables que pueden influir en la situación. Es muy importante tomar conciencia de todas ellas.

c) Analizar los mecanismos de prevención de los que se ha dotado el centro. Ya se han citado –apartado 18- algunas cuestiones que se deben considerar a la hora de poner medidas para prevenir la aparición de incidentes racistas. Ver qué vigencia tienen esas medidas con ánimo absolutamente constructivo.

d) Apoyar a la víctima, sin hacer alarde de ello.

e) Trabajar con la familia de la víctima. Quiere esto decir que el apoyo y los principios por los derechos humanos que son propios del centro se hacen explícitos. Ello conlleva orientarles hacia otros servicios, si así se requiriese.

f) Ver las posibilidades de reeducación del o los agresores. Este tratamiento es fundamental en nuestra labor educativa. De ninguna manera hemos de considerar que la actitud de un niño o adolescente es definitiva. Tenemos que encontrar estrategias adecuadas para que haya un cambio de visión e intentar desvelar –e influir, si ello fuese posible- en las circunstancias concretas que les ha empujado a tener ese comportamiento. No quiere ello decir que no se deban aplicar los reglamentos, quiere decirse que todo lo que se haga tiene que tener una clarísima orientación educativa.

g) Trabajar con la familia del o los agresores.

h) Analizar en conjunto (claustro y OMR) las implicaciones que tiene en el centro en todos los aspectos: desde la transmisión de valores a los modelos organizativos y metodológicos.

i) Existe la posibilidad de hacer un registro, con el objetivo último de sacar conclusiones de lo que, en nuestro centro, vaya ocurriendo.

j) Evaluar todo el proceso.

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