Sobre prejuicios, estereotipos y rumores

Mugak Port58

Unzurrunzaga, Agustín

En la campaña electoral por la presidencia de la República que se está desarrollando en Francia, el Front National de Marine Le Pen y la UMP, con el propio presidente Sarkozy a la cabeza, están desplegando una serie de temas que tiene mucho que ver con nuestra campaña sobre los prejuicios, los estereotipos y los rumores.

Los mítines de Marine Le Pen son una recopilación de todos los prejuicios. Pero ojo, que no los expresa de cualquier manera. Los argumenta, se remite a estudios hechos en Gran Bretaña o en Estados Unidos y a las estadísticas del INSEE (lo equivalente al INE). El problema es que las distorsiona, exagera y deforma.

Alguno de los temas lo convierte en consigna más o menos impactante, fácil de entender. Por ejemplo, “el aumento de un 1% de inmigrantes en Francia supone una disminución de un 1% de los salarios” Es, en cierto modo, una actualización de una de sus consignas centrales de los años ochenta del siglo pasado, cuando decían que un millón de extranjeros en Francia suponían un millón de parados franceses
La recopilación de los temas nos da un cuadro de lo que un partido como el Frente Nacional considera importante, de lo que considera que le da votos. Las encuestas sobre intención de voto en la primera vuelta van entre el 15%-17%. Los temas más abordados son:

- El número de inmigrantes que entra cada año en Francia. Habla de 200.000 y propone rebajar a 10.000 en un plazo de cinco años. Es interesante ver cómo convierte en consigna el número de personas que entra. Lo que dice es que: “en cinco años habrá en Francia un millón más de extranjeros”. Que entran unas 200.000 personas al año con visado, legalmente, es verdad. Que en cinco años haya en Francia un millón de extranjeros más, es mentira. Una parte de las personas que entra legalmente, vuelve a su país. Juega con el impacto de la cifra de un millón.

- El aumento de un 1% de inmigrantes supone una pérdida de 1% en los salarios. Se basa en unos estudios hechos en Estados Unidos que, como en otros temas, los distorsiona y deforma. Esos estudios suelen estar llenos de matices, que luego aquí se obvian. El más elemental de todos, que no son comparables los mercados de trabajo americano y francés. El primero muy desregulado y, el segundo, muy regulado con convenios colectivos. No se puede hacer ese tipo de transposición.

- El aumento de inmigrantes agrava el paro. A esto le suele añadir que los inmigrantes no son la causa del paro, sino un factor agravante. Lo argumenta en base a un estudio hecho en Gran Bretaña. Lo mismo que en los anteriores, se salta los matices y no toma en cuenta otros estudios del mismo país que no dicen eso.

-Algo muy parecido hace con las cifras de inmigración y delincuencia

Y luego están los temas políticos, incluidos los puntuales, y cómo los desarrolla: estirando, llevándolos al extremo, apelando a las pulsiones más primarias.


En un mitin celebrado en Port Lavigne, cerca de Nantes, haciendo referencia a los asesinatos cometidos por Mohamed Merah, decía que si ella es elegida presidente se compromete a “poner de rodillas al islam radical en Francia”, que “lo que había pasado en Toulouse es un avance del fascismo verde, no la locura de una persona”, y se preguntaba “cuántos Mohamed Merah llegan cada día en barco y en avión a Francia”, “cuántos Mohamed Merah hay entre los hijos de los inmigrantes no asimilados, en los barrios bajo la ley de la droga, del islam radical, barrios en los que la paz social se ha comprado con el dinero de la política de la ciudad”. Y de ahí a las propuestas, tales como prohibir los signos religiosos ostensibles a los usuarios de los servicios públicos, incluidos los trenes; expulsión para los extranjeros residentes en Francia que viajen a Afganistán o Pakistán. Para los que teniendo nacionalidad francesa viajen a esos países, brazaletes de localización. “Presunción de legítima defensa para los policías”


El público, unas 1.500 personas, mientras hacía esas propuestas gritaba: “Francia cristiana”, “Sarko colabo”, “Pena de muerte”, “Guillotina”, “contra el islamo gauchismo y el racismo anti francés”


El Frente Nacional se fundó en el año 1972. Tiene ya cuarenta años de historia. Es un partido complejo, que continúa una corriente de pensamiento, el nacional populismo francés, presente en ese país desde finales del siglo XIX. Se ha ido construyendo como un partido respetuoso con las normas de la Constitución, aunque las estira. Por mucho que nos chirríen sus consignas, no se le puede combatir con los esquemas del antifascismo de los años treinta o cuarenta del siglo pasado. Hay que ver cómo se va adaptando a cada contexto histórico, cómo distorsiona los grandes símbolos de la República, la Revolución, la Resistencia y la Laicidad por ejemplo, cómo utiliza dos de sus grandes soportes político ideológicos: la preferencia nacional y la identidad.


La preferencia nacional, desgraciadamente, no es ajena a la izquierda. A finales del siglo XIX una parte de esa izquierda reclamaba la “protección del trabajo nacional” frente a la inmigración de Bélgica, de Polonia y de Italia. En los años setenta del siglo pasado el Partido Comunista francés reclamaba producir francés con trabajadores franceses. Hoy lo pide la derecha extrema, pero engancha con un pasado en el que también se empantanó una parte de la izquierda.


El tema de la identidad es típico del nacionalismo alemán. Después de la segunda guerra mundial, las corrientes de extrema derecha de Alemania no podían reivindicar la primacía de la raza aria, tuvieron que dejar de lado sus referencias más expresamente racialistas, y las fueron sustituyendo por la idea de identidad nacional. En el caso de Francia, en el año 1972 se adoptaron leyes que reprimían el racismo. Las corrientes de extrema derecha, los nacionalistas revolucionarios y los intelectuales de la Nueva Derecha, siguieron los pasos de los alemanes, y centraron su discurso alrededor de la idea de identidad nacional, rechazando toda forma de mestizaje étnico y cultural.


Todo apunta a que ese partido no conseguirá los resultados del año 2002, y que en la segunda vuelta tendrá que prestar sus votos, de mejor o peor gana, al partido más importante de la derecha, a la UMP de Sarkozy. Pero no despreciemos su importancia. Un partido que durante cuarenta años obtiene porcentaje de voto entre el 15%-20%, que consigue que el 40% de sus votantes sean trabajadores y trabajadoras, que es el partido que más voto obrero consigue, es un partido enraizado, que en su accionar político condiciona, entre otras, una parte importante de las políticas de inmigración.

Delincuencia e inmigración

Extractos de la presentación del reciente libro del sociólogo francés Laurent Mucchielli.

Ligar delincuencia e inmigración consiste en pensar que las prácticas delictivas (sobre todo de los jóvenes) se explican por algo que tiene que ver con el origen extranjero de sus autores (tal aspecto de sus costumbres, de su cultura, de su modo de vida, de sus modelos conyugales o familiares, de su religión, etc.) o bien a su situación de extrañeidad o desintegración (falta de raíces) como dicen los discursos más soft. ¿Qué hay de todo esto? Las respuestas varían mucho según las personas y los momentos, pero siempre hay algo de “específico” que distingue la delincuencia de las personas inmigradas y las de sus hijos. En todo esto hay un error de lógica.
Primera constatación. El conjunto de personas provenientes de la inmigración que viven en Francia son una minoría. En 2010 se estimaba en 11,7 millones de personas entre inmigrantes y descendientes, un quinto de la población. Aunque minoría, constituyen una parte significativa de la población desde el siglo XIX, gracias a la inmigración italiana, belga, polaca, española, portuguesa, magrebí, subsahariana.
Segunda constatación. El número de jóvenes que practica la delincuencia constituye una minoría... Para la Protección Judicial de la Juventud, unos 170.000 jóvenes en el año 2010. Admitamos que la mitad de esta población son jóvenes descendientes de la inmigración, unas 85.000 personas. Este cálculo es aproximativo. El objetivo es mostrar la distancia existente entre unas decenas de miles de personas y varios millones.
Así, entre los inmigrantes y sus hijos y el resto de la población, la delincuencia concierne a una parte pequeña de las personas y sus familias. Es una evidencia a escala nacional y también local. En cualquier ciudad de Francia, los jóvenes embarcados en la delincuencia son una minoría. En sentido contrario, la mayoría de los inmigrantes y sus hijos respetan las leyes. Que la delincuencia de los jóvenes provenientes de la inmigración se explica por cosas diferentes a su origen.
Los estudios muestran que se explica por los mismos factores que siempre han explicado la delincuencia de los jóvenes, sea cual sea su origen: rupturas familiares, fracaso escolar, efectos de relación con bandas en los barrios...
Al final, en buena lógica, si la delincuencia tiene algo que ver con la condición de inmigrante o descendiente, debería concernir en una u otra medida a todas las poblaciones. Si quienes sostienen este tipo de ideas no tuvieran miedos no controlados o prejuicios ideológicos, comprenderían que no se pueden explicar comportamientos particulares de algunos por una característica general de toda una población (comprenderían que proceder así es lo propio de un razonamiento racista)
Es por ello que estas afirmaciones o esas alusiones sobre la supuesta relación de carácter fundamental entre delincuencia e inmigración son falsas en su base. Si fuésemos lógicos y razonables, las descartaríamos por ser groseros errores de razonamiento. En realidad, no se trata de razonamientos, sino de miedos y emociones manipuladas con fines políticos.

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