Los inmigrantes sin papelesorganizados han de tener su propia identitad, su propio protagonismo

Los inmigrantes sin papeles organizados han de tener
su propia identidad, su propio protagonismo

Entrevista a Norma Falconi, representante de la Plataforma Papers per a tothom. Barcelona

P.A.

¿Cuáles han sido los términos del acuerdo con el gobierno que ha permitido poner fin a los encierros de Barcelona?

Norma Falconi. En Barcelona se han entregado más de 800 expedientes que dan inicio al proceso de legalización de los encerrados/as, y dentro de 60 días laborables el gobierno tendría que contes-tar, de forma positiva o con denegaciones, dichas solicitudes para obtener el permiso de residencia por causas excepcionales o humanitarias y de arraigo; y de aquellas personas que presentaron una oferta de trabajo que obtendrían su tarjeta de residencia y de trabajo con excepción de visado.
Todas las personas encerradas provienen de países donde las circunstancias económicas, po-líticas y sociales han acarreado el empobrecimiento de sus economías forzandoles a emigrar; esta crítica situación económica es de todos conocida; por eso lo señalamos como el primer elemento de causas excepcionales y de arraigo. Esta carecencia de medios suficientes para subsistir en su país es comun a todas las personas sin papeles. El segundo elemento: los desastres naturales que se han dado en los países asiáticos, India, Bangladesh, Pakistán, impiden que puedan regresar para efectuar los trámites exigidos por la legislación española; proceden de un país lejano; lo cual supo-ne al interesado/a un gran esfuerzo económico y personal para realizar personalmente los trámites de su legalización. El tercer elemento: las personas inmigradas se vieron en la necesidad de per-manecer encerradas por 47 días, habiendo incluso seguido la huelga de hambre de los encierros du-rante quince días como medida para dar a conocer su estado de indefensión y desamparo; sólo al-guien que no quiere abandonar el país, al que se siente especialmente vinculado, está dispuesto/a a admitir los riesgos que para su salud comporta seguir la huelga de hambre, demostrando de forma evidente el arraigo, lo que unido a la imposibilidad de ir a su país de origen justifica que el gobier-no le otorgue el permiso de residencia solicitado, tal y como lo ha reclamado el Defensor del Pue-blo. Planteamos pues que se aplique el artículo 31.4 de la Ley de Extranjería 8/2000: utilizando los criterios más amplios y flexibles para todos aquellos inmigrantes que acreditan su voluntad de se-guir viviendo y trabajando en España, así como su voluntad de regularizar su situación.
A este respecto, un problema ya crónico y que sigue planteado en los mismos términos es la falta de personal de la Subdelegación de Gobierno en Barcelona que tramita estas solicitudes. Este hecho incidió muy negativamente en la regularización 2000 (supuesta amnistía para los sin pape-les), que supuso la denegación del 70% de las solicitudes. Ése es el gran peligro que vemos porque, hasta hoy, el gobierno no ha dotado de personal como prevé uno de los puntos del Acuerdo de Bar-celona, firmado el 8 de Marzo del presente año. Tampoco se ha reunido la Comisión de Seguimien-to, que la conforman las sindicatos mayoritarios, Acsar, Cáritas y quienes tienen la representación de la inmigración.

¿Hay algunos mecanismos previstos para tratar de garantizar el cumplimiento de los acuer-dos?

N.F. Podemos hablar de dos vías: Una, la Comisión de Seguimiento, cuya composición fue decidi-da por el gobierno y que está formada por CC.OO., UGT, Cáritas, Acsar, Cruz Roja, y el propio Gobierno que son las entidades a quienes se reconoce para negociar en nombre de la inmigración. Sin embargo, y por la fuerza de la lucha, han tenido que aceptar como invitados al Arzobispado, que es considerado por las comunidades encerradas como una garantía, siendo su cara visible la ONG Justicia y Pau, y la CGT en nombre de la Asamblea Papers per a Tothom como representante de los inmigrantes encerrados. Sobre esta vía hay que decir que no ha existido voluntad política, una vez que se salió de los encierros, de reunir a la Comisión de Seguimiento para analizar el proceso de legalización de los encerrados/as, por ello hemos solicitado una reunión de urgencia para que to-dos/as conozcamos si habrá respuestas positivas sobre las solicitudes. Lo que no queremos es que termine el plazo y nos quedemos sin papeles; y que a pesar de ser un buen Acuerdo no se cumpla, como ocurrió con el de El Ejido hace un año. El de Barcelona, fue un acuerdo público, la ciudada-nía dio su apoyo con 62.000 firmas que se recogieron en las puertas de las iglesias, y se entregaron a dicha Subdelegación; todo el mundo vio cómo se firmaba el Acuerdo y conoce las promesas del gobierno, por ello, el que no se reúna la Administración para ir facilitando los caminos es lo que a todos/as preocupa. La Iglesia por tanto, tendrá que demostrar que por encima de las dificultades que significa dotar de ofertas de trabajo a una cantidad considerable de personas inmigradas, el Acuerdo tiene que cumplirse. Tampoco han existido reuniones con La Generalitat y el Ayuntamiento para ir concretando un equipo que pueda gestionar los cursos de formación ocupacional y las ofertas de trabajo para aquellos inmigrantes a quines la Subdelegación de Gobierno denegara su permiso de Residencia, que es la única forma de optar por la legalidad en el estado español. La gente inmigrada realizó una lucha importante y no puede volver, por ineficacia de la Administración a la categoría de ser un sin papeles.
En cuanto a JUSTICIA Y PAU, que representa al Arzobispado y los doce curas que nos abrieron las puertas de sus parroquias para realizar el encierro con huelga de hambre, ya que es vista por los encerrados como la GARANTÍA, para que vigile el cumplimiento de los Acuerdos de Bar-celona. Sin embargo, no se ha concretado dicho seguimiento y las actividades que eso conlleva, porque hasta el momento no vemos a las organizaciones de la Iglesia crear espacios con infraestruc-tura para gestionar las ofertas de trabajo ya que el 90% de los encerrados tienen una solicitud de Permiso de Residencia no Laboral que se otorga a aquellas personas que se encuadran dentro de causas excepcionales o humanitarias y de arraigo. El gobierno tratará de no cumplir el Acuerdo, querrá hacernos pagar los pasos atrás que ha dado en su propia legislación de extranjería. Por eso el papel de la GARANTIA es importante: tendrá que demostrar que quiere que el conflicto de los in-migrantes tenga una salida real, que no es otra sino la legalidad de los sin papeles, o si por el contra-rio, presionada por el gobierno, deja morir el proceso.

Es posible que mucha gente al ver estos encierros los imagine como una respuesta, más o me-nos espontánea. ¿Puedes explicarnos la pequeña historia que hay detrás de los mismos o, más en concreto, la historia de Papers per a tothom?

N. F. La Assamblea “PAPERS PER A TOTHOM” o “PAPELES PARA TODOS Y TODAS”, es el organismo que en Barcelona viene trabajando con los sin papeles durante cinco años. A partir de septiembre de 1996, tres organizaciones se unen para dar una respuesta a la política anti-migratoria del PP, recién estrenado en el gobierno, la Federación de Colectivos de Inmigrantes de Catalunya (FCIC), la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona y la Federación de ONGs. Con posterioridad se suman a esta iniciativa asociaciones de inmigrantes de todas las nacionalidades y personas independientes, así como los sindicatos mayoritarios y SOS Racisme. Posteriormente se van delimitando los contenido y también las organizaciones dispuestas a luchar por reivindicaciones como Igualdad de derechos, papeles para todos y todas, libre circulación, cierre de los Centros de Internamiento, no al acoso policial. Las actividades se inician con una manifestación en el mes de diciembre del 96 y en su organización están de acuerdo todas las organizaciones presentes, sin em-bargo cuando llega la discusión sobre el nombre de este nuevo organismo, aparecen en el debate diferencias políticas de mucha envergadura. Se decide por mayoría que se llamará: Assamblea Pa-pers per a Tothom, porque las personas inmigradas requieren de papeles o legalidad en el estado español, para trabajar, para circular, para la policia que siempre pide papeles, etc. Quienes rechazan ese nombre lo hacen en base a argumentos como que el nombre ejercería el “efecto llamada”, no permitiría el control de los flujos migratorios, había que obedecer los Acuerdos de la Unión Euro-pea, el estado español es el guardián de las fronteras del Sur… Al no aceptar la decisión mayoritaria se retiran los sindicatos mayoritarios y la Federación de ONGs, no así algunas ONG’S que deciden trabajar de forma conjunta. La movilización de diciembre se da y sacamos a las calles 1.500 perso-nas con el lema de Papeles para Todas y Todos. Se inicia de esta manera un nuevo camino de luchar por la inmigración. Las acciones realizadas durante todos estos años así lo demuestran. Puede verse en el encierro de una semana que hicimos en el Barrio de la Verneda con el objetivo de denunciar la cárcel para inmigrantes que se encuentra en los sótanos de esa “apacible comisaría”, donde se vio-lan los derechos humanos: “los retenidos” son para nosotras verdaderos presos/as, que son vejados por la policía, inducidos a firmar su propia expulsión; los maltratos sicológicos y físicos, hacen que a todos los que han pasado por allí les quede como secuela una larga depresión y una baja auto es-tima, añadidas al miedo permanente por el sufrimiento padecido durante 40 días; algunas personas señalan que un solo día les deja marcadas para siempre. Los presos de la Verneda en apoyo a nues-tro encierro se declaran en huelga de hambre y durante tres días tenemos a la prensa dando a cono-cer la cárcel de inmigrantes, situación hasta entonces desconocida por todos. El cierre de los Cen-tros de Internamientos en todo el Estado ha sido uno de nuestros objetivos más trabajados en cam-pañas, movilizaciones y denuncias. Fuimos convirtiéndonos en un organismo de denuncia política. Había un espacio que no lo ocupaba nadie y con mucho esfuerzo, realizando un trabajo anónimo, Papeles para todos/as se ha ubicado con personalidad propia. Realizamos la campaña de Desobe-diencia Civil a la Ley de Extranjería, recogiendo 5.000 firmas que entregamos al Sindic de Greuges. Hemos arropado a personas que habían sido encarceladas por acusiones falsas, demostrándose que en este país no se respetan los derechos humanos. Hemos realizado acampadas en el barrio de la Verneda, hemos respondido a los ataques racistas que en el 99 se dieron en el estado español. La prensa y la ciudadanía empezaron a ver que había dos posiciones bien diferenciadas en la lucha a favor de la inmigración, que una de ellas se mantenía dentro de los marcos que impone el gobierno a las ONGs. No hay más que ver que hasta hace un año nadie asumía lemas como derogación de cualquier ley de extranjería, papeles para todos/as, libre circulación de las personas. Ésa es nuestra seña de identidad por la que nos han conocido los movimientos sociales que han buscado la unidad de acción con la lucha que realizabamos.

Y en lo que hace a los actuales encierros ¿cuál ha sido la dinámica de los últimos meses?

N.F. La labor que realizamos en los primeros años consistió en un trabajo de hombre a hombre, primero de cinco en cinco, o de veinte en veinte, con los inmigrantes sin papeles pero en el año 2000 todo cambia. El pasado verano 80 inmigrantes subsaharianos malvivían en la Plaza Catalunya. La prensa ya había señalado su existencia, pero ni el gobierno ni otras organizaciones habían hecho nada por ellos. Aunque en el proceso de desarrollo como Papers per a tothom habíamos tenido ex-periencias de trabajo con el movimiento zapatista y el movimiento okupa, las experiencias de traba-jo con el movimiento vecinal habían sido coyunturales, como es el caso de las Asociaciones de Ve-cinos de Sant, Santa Coloma de Gramanet, Badalona… Y aunque no se había llegado a concretar un trabajo sistemático en los barrios, la relación previamente establecida y el reconocimiento al trabajo que hemos venido realizando hizo que estos movimientos nos apremiaran a trabajar sobre esta pro-blemática. Así, desde agosto del 2000, muchas entidades junto con Papers per a tothom, realizamos asambleas para ver las posibilidades de establecer una lucha unitaria con los sin papeles. La primera iniciativa desarrollada fue la acampada en Plaza Catalunya: corazón de Barcelona, pero que se había convertido en el único hogar que conocían los Subsaharianos, quienes eran enviados por el propio Gobierno a distintos sitios de la Península para sacarse el problema de encima y así descon-gestionar las Islas Canarias, nuevo lugar de llegada de las pateras. La Administración no quiso dar-nos permiso por tres días y garantizó con todo lujo un juego de ping-pon, al que casi no acudieron a jugar los barceloneses, pero que sirvió para dar a conocer que en ese sitio malvivían personas inmi-grantes y que la administración se pasaba la pelota, deslindando responsabilidades cuando se la pe-díamos; aprendimos los caminos de acceso a la administración (tenemos documentación que lo prueba), conocimos su discurso que siempre incumplió, y a esta nueva forma de luchar se une a nosotros/as, un nuevo colectivo: los asiáticos, India y Pakistán, que tenían el mismo problema: los papeles, el trabajo y la vivienda.
A partir de ahí impulsamos numerosas movilizaciones en toda Barcelona para conseguir reuniones con la Generalitat de Catalunya, con el Ayuntamiento de Barcelona y la Subdelegación de Gobierno. Durante estos meses de movilizaciones y concentraciones, la Administración no hizo caso de nuestras solicitudes, pero cada vez que nos negaban una entrevista más inmigrantes sin pa-peles se acercaban a nosotros. Al principio éramos 200, 500, 800, luego 1.500 y en noviembre ya fuimos 3.000 en las calles. Sólo así, ante el peso que cada día íba adquiriendo la lucha, todos los medios de comunicación prestaron atención a este proceso. La Generalitat, el pasado 9 de noviem-bre, recibe a la comisión de los sin papeles; no quería representación por comunidades, ni tanta tra-ducción. Ofreció cursos de formación que hasta la fecha no ha cumplido. Por eso, cuando en los primeros días del encierro el responsable del área de Inmigración de la Generalitat, trató de que los encerrados negociaran con él, con propuestas que ya estaban en la nueva ley 8/2000, a nadie con-venció y nadie lo aceptó. Suponemos que recordaban las promesas incumplidas. El 21 de Noviem-bre después de una gran movilización nos recibe Bienestar Social del Ayuntamiento, se consigue un albergue en malas condiciones, un edificio a punto de ser derrumbado, y ahí ingresan 136 personas subsaharianas y búlgaras; Pero en la reunión dejan claro que los trámites de legalidad los harán CC.OO. y UGT. La exigencia para ocupar un catre en ese albergue fue que todo el mundo se afilia-se a estos sindicatos y rompiese relaciones con la Plataforma Papeles para Todas y todos, que ésa era la forma de conseguir sus papeles y de mantenerlos fuera del frío mientras durara el proceso de legalización, o sea tres meses. Así fue como esas personas no continuaron con la lucha, se confor-maron con las promesas de la Administración que los convencieron de que sin lucha tendrían pape-les y trabajo. Hoy queda demostrado que siguen en las mismas condiciones que en noviembre pasa-do.

Ya que mencionas a CC.OO. y UGT ¿qué papel jugaron en ese período previo y a lo largo de los encierros?

N.F. En el periodo previo a los encierros los sindicatos mayoritarios, algunas ONGs como SOS Racisme y partidos siempre han demarcado su actuación: están por el control de los flujos migrato-rios y porque exista una Ley de Extranjería de mínimos. En las jornadas de lucha llevadas a cabo a lo largo de cinco meses antes de los encierros no existió participación de estas organizaciones, nos pronosticaban nuestro fracaso más absoluto. El Ayuntamiento de Barcelona gobernado por el PSOE siempre negó el derecho a los sin papeles a ser escuchados y a tener una salida a la situación de vi-vir en las calles. En cuatro meses de movilizaciones y concentraciones, sólo se obtuvo una respuesta pobre y asistencialista, que no reconocía además a quienes habían realizado esta lucha. Ellos tenían a sus interlocutores, los sindicatos mayoritarios, y siempre rechazaron a los luchadores de estas jor-nadas como representantes de los inmigrantes sin papeles. En las manifestaciones que se dieron luego, a estas personas inmigradas los vestían con el uniforme de sus respectivos sindicatos, usur-pando la dirección de quienes habían trabajado con ellos muchos meses.
En el proceso de los encierros todas las organizaciones antes mencionadas adoptan la misma postura del gobierno: exigir a los encerrados que dejen la huelga de hambre para brindar su solida-ridad, cuando todos sabemos que la solidaridad no tiene condiciones ni fronteras, la misma Asam-blea de inmigrantes decidió rechazar tal oferta. Pero como la ola de la solidaridad crecía en la ciu-dadanía y en otras organizaciones, tuvieron que participar en la manifestación masiva de marzo, porque no podían excluirse ellos mismos sin quedar en evidencia.
Los movimientos sociales que conforman diversos colectivos como el zapatista, okupas, grupos de izquierda, son los que aceptan el reto que les plantea trabajar con la inmigración; conser-vando cada uno su visión y los objetivos de sus organizaciones, impulsamos una unidad de acción que en eltranscurso del proceso fue demostrando sus carencias: que no basta sólo con la unidad, porque se ponen en práctica líneas políticas que nunca han sido la de Papeles para todos y todas. Esto, sumado a metodologías diferentes creó graves tensiones en el seno de lo que se denominó Plataforma de los inmigrantes sin papeles, pero conocida por todos como Papeles para todos. Debi-do a la rapidez con que se desarrollaron los acontecimientos dejamos a un lado el debate de estas legítimas diferencias, lo cual ha traido en el post encierro que se manifiesten recelos entre sus com-ponentes.

¿Qué han supuesto los encierros en lo que hace a la participación/organización de los propios inmigrantes sin papeles?

N. F. Los encierros demostraron a las personas inmigradas sin papeles que unificados podían reali-zar una lucha sin precedentes como la que acabó el 7 de Marzo. Las comunidades que participaron nunca habían tenido vinculación permanente entre ellas ni se conocían: India, Bangladesh, Pakistán, Marruecos, Europa del Este, y un mínimo número de latinoamericanos y mujeres; a todos/as les unía un hecho en común, el no tener papeles. La convivencia, las decisiones que se tomaban en las asambleas de inmigrantes fue demostrando que se conocía el objetivo fundamental: su legalización, el tener papeles para tener trabajo y una vida digna en el estado español, que el gobierno y sus leyes de extranjería hasta la 4/2000 siempre les habían negado el derecho a regularizarse. Las comunida-des asiáticas y marroquíes tienen hilos organizativos, no estables, pero que en esta lucha sirvieron para dar a conocer a sus portavoces, trabajar en Comisiones. El colectivo del Este, menos organiza-do por el problema de la lengua, de las diferentes culturas entre ellos, dificultaba una relación orga-nizativa, pero en las diferentes iglesias la convivencia se dio de forma normal sin grandes roces, no así en otras en que se evidenciaron fuertes contradicciones.
La perspectiva planteada después de los encierros nos lleva a aceptar o rechazar un nuevo reto: el de la auto-organización de los comunidades involucradas en la lucha y que tienen de refe-rente a “Papeles para todos y todas”. Creemos que por primera vez en la historia del estado español, las personas inmigradas desafiaron a un gobierno con mayoría absoluta, que implementa una ley de extranjería que recorta los más elementales derechos, como son los de manifestación, reunión y sindicación, que muchos en su defensa señalan que no son importantes porque son derechos políti-cos. Por eso se hace ineludible incentivar que los inmigrantes sin papeles organizados tengan su propia identidad, su propio protagonismo. Algo que siempre ha sido objetivo de nuestra Asamblea, romper con el asistencialismo y paternalismo de ONGs, sindicatos y partidos políticos sobre la in-migración. La lección que nos dejan los encierros es que se puede luchar cuando las condiciones nos son adversas, se pueden crear espacios de debate, se demuestra que las personas inmigradas aunque hablen otras lenguas pueden negociar, decidir, resolver los problemas por sí mismos, que el asumir responsabilidades y equivocarse es parte del proceso del desarrollo de toda persona. La fir-ma del Acuerdo de Barcelona y la decisión de salir de las iglesias fue adoptada por mas de 800 personas encerradas.

Llama la atención la importante presencia de mujeres en las plataformas de apoyo, tanto de mujeres autóctonas como de mujeres inmigrantes con papeles. Esto era especialmente visible en el entorno de los encierros. También en éstos ha habido uno específicamente de mujeres. Aun así es evidente que el color de los encierros es masculino ¿puedes decirnos algo sobre la evolución que se está produciendo en este campo?

N. F. Tenemos que partir del estilo de sociedad occidental, que no busca la plena participación de la mujer autóctona. Su representación en los partidos, organizaciones, y puestos importantes del mun-do laboral alcanza, como un regalo, al 20%. Es explicable, por tanto, que la mujer inmigrada ante las leyes de extranjería no tenga ninguna representatividad. Si ha obtenido un espacio ha sido por su tenacidad, por su capacidad de organización y de lucha demostrando que es un ser humano lleno de capacidades, que es una profesional cualificada, madre de familia, vecina. Éste es uno de los ele-mentos que nos unen a la mujer autóctona. Por eso nuestra lucha no puede darse por separado sino como integrante de una sociedad de la que somos parte activa.
No podemos medir la participación de la mujer en los encierros por la cantidad, sino por la calidad de participación en los mismos. Los encierros contaron con una Iglesia sólo dedicada a mu-jeres, porque ellas así lo plantearon, por las especificidades de sus demandas. De esa forma se con-siguió en la negociación que se incluyera en el Acuerdo de Barcelona, que el gobierno amplía el compromiso inicial en el sentido de que se admitirán las solicitudes de Residencia conforme prevé el Art.31.4 de L.O.8/2000, por motivos humanitarios y sin exigencia de visado, para las mujeres víctimas de malos tratos y/o agresión sexual. Hecho que demuestra que las mujeres inmigradas par-ticipantes en los encierros de Barcelona realizaron un trabajo de carácter organizativo y político: realizaron reuniones, asambleas con mujeres inmigrantes que no podían estar encerradas porque tenían que mantener y cuidar de sus familias. Su participación fue directa en este espacio que era de ellas, siempre con la participación de las autóctonas. Sus asambleas eran de 120 a 200 personas. Su sola presencia hizo que las mujeres más motivadas se hicieran presentes, unas señalando sus pro-blemas de legalidad, de malos tratos, la reagrupación familiar, y la problemática de la agresión sexual y de la prostitución, otras la de realizar acciones para garantizar el éxito de los encierros. Después de salir de las iglesias, este grupo de mujeres han continuado reuniéndose, organizando acciones. Una de ellas se concretará los días 20, 21 y 22 de abril, a la que han invitado a mujeres inmigradas del ámbito europeo para intercambiar información, experiencias y unir lazos de trabajo y de lucha, porque el encierro fue sólo un primer paso que se ha ganado con una victoria parcial, pero tenemos que estar atentas en caso de que el gobierno decidiera incumplir estos Acuerdos. Hombres y mujeres de los encierros saben que su legalidad se concreta en su tarjeta de residencia, excepcional en unos casos, y en otros el respectivo Permiso de Trabajo y Residencia por tener una oferta de trabajo o por la revisión de oficio que contempla le Ley para aquellos inmigrantes que presentaron papeles hasta el 31 de Marzo pero que no pudieron demostrar estancia en el estado es-pañol, cosa nada fácil si no se tiene legalidad. Exigir estos requisitos es un cuento de ficción, como una de tantas fábulas tan abundantes en este país.

¿Se puede hablar de un antes y un después en lo que hace a la participación de inmigrantes sin papeles en la movilización por sus propias reivindicaciones?

N. F. Todo tiene un antes y un después y el proceso de la lucha de las personas inmigradas sin pape-les en Barcelona así lo demuestra; antes se desconocía el complicado entramado de la administra-ción y no se tenía acceso al mismo. Aplicamos todos los estilos de lucha occidental para obtener respuestas a las reivindicaciones que nos unían a todos: papeles, trabajo y vivienda, pero sólo escu-chamos un silencio absoluto. El encierro en la Universidad dio una de las pautas, porque los ocho días hicieron que la Administración tomase en serio a las personas sin papeles. A partir de esta ac-ción la opinión pública conoció el absoluto desamparo en que se encuentran los que viven en las calles y quienes no tienen papeles en el estado español. La aplicación de formas de lucha de los países de origen de los inmigrantes permitieron la combinación de dos estilos diferentes pero que dieron el nacimiento de los encierros con huelga de hambre. Nadie sabía cómo iba a terminar. Sólo teníamos una idea: enfrentarnos con el gobierno que no escuchaba ni daba una salida a la situación de los que malvivían en las calles y de los rechazados con denegaciones en sus solicitudes de regu-larización 2000; el incumplimiento de las promesas que en noviembre nos dio la administración nos hizo ver que teníamos que decidir emprender acciones que rompieran esa pasividad institucional; además se venía sobre los sin papeles la aplicación de la nueva Ley de Extranjería que quitaba el derecho a realizar las acciones de movilización para exigir las reivindicaciones que se concretaban en: papeles para todos/as, vivienda y trabajo, siendo el fundamental, el objetivo básico el de los papeles. Hoy todos sabemos que podemos luchar, si existe la unidad de todos/as y la decisión de seguir adelante. El enfrentamiento cada día será más duro pero es posible, es otra de las lecciones que nos han dejado los encierros. Por eso, el después es muy importante y dependerá de lograr una organización o una estructura que los inmigrantes sin papeles la sientan como suya, que aglutine a todas las comunidades, en la que puedan decidir, equivocarse, iniciar nuevas luchas, realizar pro-yectos.

¿Teneis algunas ideas concretas en torno a las iniciativas que se van a impulsar en los próxi-mos meses de Papers per a tothom, u otras Plataformas?

N. F. Estamos realizando esta discusión, o el análisis correspondiente. Tenemos claro que nuestros objetivos no han variado, sino que están a la orden del día: derogación de cualquier ley de extranje-ría, cierre de los centros de Internamientos, libre circulación de personas, derecho al asentamiento en cualquier sitio que las personas elijan, cumplimiento de la Ley de Asilo, igualdad de derechos. Esta lucha pone en evidencia que necesitamos una estructura nueva, que impida diluirnos ante la masividad de la lucha; donde puedan entrar todas las organizaciones, personas individuales que estén por estos objetivos, que mantendría su carácter asambleario, y velar porque nadie se apropie del nombre que nos ha costado construir Papeles para todos y todas. Nadie puede hacerse dueño de él, porque siempre ha tenido un dueño que es la Asamblea que ha venido contra corriente luchando porque los inmigrantes sin papeles obtengan su legalidad, sean los protagonistas de sus luchas y de su historia.
La primera acción consiste en vigilar que se cumplan los acuerdos, y realizar todas las ac-ciones posibles para ir exigiendo a la administración, al gobierno, que haga efectivos los compromi-sos adquiridos con los inmigrantes en lucha. Este modelo que ha servido para las negociaciones de todos los encierros en el estado español y que han sido firmados bajo el contenido del Acuerdo de Barcelona, invalida al gobierno para que pueda incumplir, y si trata de hacerlo realizaremos movili-zaciones para presionarlo, ya que hemos comprobado que es el idioma que entiende, al haberle fra-casado sus tácticas y no haberle respondido sus aliados con eficacia. Hoy Papers per a Tohom tiene una gran responsabilidad, ya que es parte firmante del acuerdo por los inmigrantes encerrados. Ac-cionaremos todas la medidas posibles para que los sin papeles en Barcelona, y el resto en general obtengan su legalidad por esta vía que hemos conseguido: una nueva regularización cuando el go-bierno del PP nos la negaba con su ley 8/2000.

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