En torno al encierro de la Olavide

Notas de reflexión en torno al
encierro de la Olavide
desde la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía

El sentido de estas notas

Estas notas quieren servir para unificar el balance y los debates realizados en la APDHA en torno al encierro de inmigrantes realizado en Sevilla en la Universidad Pablo de Olavide. Debate que queremos compartir con los colectivos y gentes a las que le interesa conocer nuestros puntos de vista.
Nuestra preocupación a la hora de hacer esta reflexión es aprender y sacar enseñanzas para el futuro, ya que los problemas asociados a la inmigración son cada vez mas dramáticos y a ellos va a seguir consagrando buena parte de sus modestas energías esta Asociación.
No tenemos ningún interés en participar de discusiones que pretenden un «ajuste de cuentas»1 respecto a las diversas personas y colectivos implicadas en el encierro. Las opiniones criticas que todo el mundo tenemos unos respecto a otros sólo tienen sentido para nosotros si se inscriben en un balance que trate de sacar enseñanzas para el futuro.

1.- Empezando por el final: Los resultados.

Los resultados del encierro no han sido positivos. Antes que nada porque ha supuesto la expulsión de más de 200 inmigrantes, a pesar de la salida menos negativa para otros de los encerrados.
Pero además:

- El movimiento de solidaridad con la inmigración, más allá incluso de Sevilla, ha salido debilitado: derrotado, más dividido y enemistado2.

- El gobierno ha adoptado una postura de intransigencia y de fuerza brutal y ha salido reforzado de ella3.

- La sensación de rabia e impotencia nos ha invadido todo el tiempo que ha durado el encierro y se mantiene tras el desenlace final…

Necesariamente hay que preguntarse ¿qué ha pasado? Y hay que hacerlo sobre todo mirando al futuro.

2.- El contexto en el que se ha dado esta lucha

La situación del verano de 2002 no era la del primer semestre de 2001. La inmigración está pasando por uno de sus peores momentos desde que se acabaron los encierros de 2001.
La ofensiva que se vive con el tema de la inmigración es multidimensional. Por parte de los gobiernos (Suecia, Alemania, Dinamarca, Austria, Italia, España…) que han anunciado reiteradamente el endurecimiento de las leyes de extranjería. Por parte de la propia UE con la puesta en marcha del libro verde sobre repatriaciones. Es una ofensiva jurídica, no sólo con la anunciada reforma de la ley de extranjería, sino también del código penal; o la circular de enero que impide la regularización de los que ya están aquí. Es una ofensiva también de acoso extremo: se están realizando redadas de indocumentados en diversas ciudades mientras se duplica el presupuesto para expulsiones. Se están rechazando todas las peticiones de asilo: en el primer semestre se han rechazado el 90% de las peticiones. Es, al mismo tiempo, una ofensiva cultural (se habla ya sin tapujos de inmigrantes inintegrables y se promueve la sustitución de la mano de obra magrebí por inmigrantes del Este) y mediática cuando se liga por ejemplo al inmigrante con la delincuencia. Pese al fracaso del contingente y de sus criterios, el gobierno no ha sufrido ningún desgaste.
La opinión, la sociedad, no reacciona ante estas medidas. Desgraciadamente hay una aceptación social amplia hacia la política del gobierno. Ése es el principal logro de la política del gobierno: haber conseguido apoyo social a su política (cosa que no tenía ni mucho menos garantizado a comienzos del año 2001). También está claro quiénes son los principales perdedores: los inmigrantes indocumentados. En aquel momento el movimiento de encierros recoge el caudal crítico que había generado la nueva Ley de Extranjería. Los apoyos sociales del gobierno eran mucho menores; ahora, en cambio, el gobierno ha ganado la batalla social. Sería iluso engañarnos sobre esto.
Por otra parte, era de lógica pensar que, en medio de la Cumbre Europea, la reacción del gobierno iba a ser particularmente dura, pues era precisamente su «imagen de marca», la dureza frente a los inmigrantes indocumentados, ante sus colegas europeos.
En lo fundamental éste es el contexto en el que tenemos que seguir luchando. Es imprescindible tenerlo presente a la hora de decidir las estrategias de lucha que mejor se correspondan con ello: el momento, las formas (si encierro u otros caminos) los apoyos y maneras de recabar la solidaridad…

3.- La orientación del encierro

En el encierro había dos partes que están siempre presentes en estas luchas: los inmigrantes y quienes componen la red de solidaridad. Partes en las que a su vez, hay una pluralidad de ideas y conductas, que lógicamente se han expresado a lo largo del encierro.
Entre los inmigrantes que toman la iniciativa se produjeron posturas distintas que se han manifestado en el transcurso del encierro de diferente forma (visiblemente por ejemplo en el abandono de varios de ellos antes del desalojo).
Pero sobre todo ha habido posturas diferentes e incluso enfrentadas entre quienes nos hemos solidarizado con el encierro.
La APDHA mostramos desde el principio nuestra solidaridad con los inmigrantes encerrados y su legítimo derecho a obtener papeles y trabajo (en varios comunicados4, apoyando con ayuda humanitaria, asistiendo a algunas reuniones a las que hemos sido invitados para discutir y proponer vías de salida…, yendo personas de la asociación a compartir la solidaridad con los encerrados…). Paralelamente a ello hemos mantenido y mantenemos una postura crítica con la orientación del encierro, y más concretamente con el grupo de apoyo que toma la iniciativa y mantiene la dirección del encierro desde este campo.
Por lo que respecta a nuestra posición no creemos haber podido hacer más de lo que hemos hecho. Además de nuestras modestas fuerzas, ha habido un clima de hostilidad y una actitud extraordinariamente agresiva por parte de personas de la red de apoyo que hacía imposible otras vías de actuación por parte de las personas de la APDHA. Actitud que se ha mantenido tras el encierro como ha quedado expresada por ejemplo en la reunión del Foro Social de Sevilla del pasado 8 de Octubre5.
A nuestro entender la crítica entre la gente que estamos en la misma orilla es necesaria pero sólo sirve para algo si es constructiva. Los «dimes y diretes» no son críticas constructivas y jamás pueden servir para resolver ningún problema. Nosotros no vamos a participar de esos «dimes y diretes» entrando en acusaciones que no se demuestran y que hay que hacer un acto de fe para creer a quienes las están formulando.
Queremos hacer una reflexión crítica del encierro, que, como hemos dicho, tenga utilidad para el futuro. Por ello pensamos que es mejor formular en positivo lo que constituyen nuestras principales críticas a los organizadores del encierro6. El encierro ya pasó, pero el problema de los inmigrantes sigue ahí. No sólo de los que estaban en el encierro. Son centenares los que se siguen expulsando diariamente, los que están entrando en las cárceles, los que mueren al cruzar el Estrecho o malviven sin los más mínimos derechos… Mal lo tienen todos esos inmigrantes si no es posible avanzar en el entendimiento entre nosotros7. Y mal lo tenemos nosotros si no entendemos que en cada lucha necesitamos fortalecer el movimiento de solidaridad con los inmigrantes, para poder hacerle frente a este angustioso problema

4.- Una reflexión crítica de lo hecho, mirando al futuro.

- a. A nuestro entender las luchas reivindicativas tienen que tener el máximo respaldo social. Para ello es imprescindible intentar recabar el mayor apoyo posible del movimiento de solidaridad.
En el caso concreto del encierro hubiese sido esencial contar con las asociaciones que venimos trabajando en la inmigración y con el Foro social de Sevilla. Por el contrario el encierro se organizó ignorando al grueso del movimiento de solidaridad con los inmigrantes y al Foro Social de Sevilla que reunía a más de 30 colectivos8.

- b.Contar con, quiere decir discutirlo previamente. Discutir no es ofrecer «hechos consumados» como sucedió en este caso, cuando al día siguiente de estar encerrados se le plantea al plenario del Foro Social de Sevilla que se sume y modifique toda su estrategia de cara a la Contracumbre arduamente elaborada durante meses9.
Discutirlo previamente es darnos la oportunidad de debatirlo todo: si es ése el momento, si escoger ésa u otra forma de lucha más acorde con el momento, con las fuerzas que tengamos, con la posibilidad de sensibilizar a la opinión pública, etc. Sólo cuando ese camino unitario se ha intentado y se ha demostrado imposible, creemos nosotros que podría estar justificado escoger otro camino de partida tan débil como el que se ha escogido en esta ocasión10.
Hay que reconocer que esta actitud de «hechos consumados» se impone en demasiadas ocasiones presentándolo incluso como algo democrático con el argumento de que «se puede sumar quien quiera» y que «está abierto a todo el que lo desee». Lo que sucede es que cuando nos estamos jugando tanto para la vida de toda esas personas inmigrantes, la gravedad de esa actuación sectaria es superior.

- c.Dos partes: inmigrantes y movimiento de solidaridad11. No hay que confundir el protagonismo de los inmigrantes y el respeto a sus acuerdos con una identificación acrítica respecto a las decisiones del encierro y de sus representantes12. El hecho de que los inmigrantes tomen la iniciativa, no nos exime de la necesidad de discutir. Quienes consideramos a los inmigrantes seres racionales, con sus propias ideas y conductas, les creemos igual de capaces o incapaces que los autóctonos de discutir y llegar acuerdos con las asociaciones y personas que les van a apoyar en sus reivindicaciones.
La solidaridad no es cosa de una parte, es de dos. Y debe haber un diálogo sincero y abierto entre ambas partes (a su vez plurales) para alcanzar los objetivos que en cada caso haya propuestos.

- d.Inscribir cada lucha en el contexto concreto para

a) Ajustar al máximo posible la acción y estrategia de lucha que se acuerde. El encierro es una forma de lucha decidida y muy eficaz desde el punto de vista visual, pero necesitaba un amplísimo apoyo social para ser efectivo en el contexto concreto que se ha producido13. A veces otras formas de lucha menos espectaculares pueden ser más efectivas para lograr salidas para las personas que estaban allí encerradas, aunque desde otros puntos de vista no sea tan «espectacular»14.
b) Para ajustar los objetivos a las fuerzas disponibles. No confundir el terreno de las reivindicaciones generales («papeles para todos» o «derogación de la ley de extranjería») con las exigencias y negociación concreta de salidas en este encierro y en cada caso concreto. En toda lucha hay que plantearse los objetivos finales con las salidas posibles. En este caso concreto creemos que la consigna «papeles para todos» que no podemos abandonar y por la que hay que seguir luchando, no era un objetivo alcanzable desde el propio encierro, dado el contexto señalado arriba. Prever estos problemas cuando nos embarcamos en una lucha y pensar en las variantes, caminos, posibilidades, salidas… es una obligación de quienes se embarcan en ella. No hacerlo es una fuerte irresponsabilidad que sólo puede ocasionar consecuencias tan negativas como las que estamos sufriendo.

5.- Para finalizar

Hemos expresado nuestras críticas a lo que creemos que han sido errores o problemas del encierro y particularmente de la red de apoyo, que son quienes lo fraguan inicialmente y posteriormente dirigen. No tenemos confianza en que puedan mejorar las relaciones en el movimiento de solidaridad con los inmigrantes mientras pervivan las actitudes sectarias15, que hemos ido criticando. Sin embargo, esto no nos lleva a justificar o a compartir la campaña de los medios de comunicación contra la red de apoyo.
Y ya una última cuestión, resulta lamentable que quienes han contribuido a la génesis del encierro, a la estrategia desarrollada y a su triste desenlace no tengan ninguna reflexión autocrítica que hacerse.

Andalucía Octubre 2002

1 Como las que han aparecido en muchos medios de comunicación cuando se refieren al grupo de apoyo o de éstos en alguna página Web, en alguna revista o en pronunciamientos públicos de varias personas refiriéndose a la APDHA o a otras asociaciones de solidaridad con los inmigrantes.

2 Aunque se hayan tejido lazos de amistad entre mucha de la gente implicada inmigrantes y autóctonos e incluso alguno de los colectivos implicados pueda pensar que ha obtenido algunos réditos.

3 Lo cual es un final radicalmente diferente del de los anteriores encierros del año 2001. Se trata de la lucha en la que el gobierno se ha sentido más cómodo

4 Se decía en el comunicado del 12 de junio: «La protesta de los trabajadores está llena de justicia. Sus reivindicaciones son perfectamente lógicas. La condena de estos inmigrantes y de todos los indocumentados de este país por el gobierno es un verdadero delito de lesa humanidad. La APDHA llama al apoyo y a la solidaridad con los inmigrantes y exige la inmediata regularización de todos ellos». El 8 de agosto un nuevo comunicado tras el desalojo pedía que no se produjese ninguna expulsión, que fuesen regularizados todos los inmigrantes y finalizaba manifestando nuestra «rotunda oposición y la desobediencia a la Ley de Extranjería por inhumana, injusta e inmoral».

5 En ella personas de la red de apoyo vertieron fuertes acusaciones sin fundamentarlas y propuso «reprobar» a la APDHA sin siquiera argumentar porqué. ¿Tal vez por no tener una actitud de apoyo acrítico con quienes organizan el encierro?

6 También con el Defensor del Pueblo tenemos acuerdos y diferencias respecto a su actuación, pero no parece que debamos situarlas a este mismo nivel.

7 Entenderse no quiere decir negar la singularidad de cada colectivo ni las diferencias existentes. Por el contrario se trata de respetar esa pluralidad sin sectarismos.

8 La APDHA tuvo conocimiento indirecto y «rumores» sobre Asambleas que determinadas personas estaban realizando en localidades de Huelva llamando al encierro. En ningún momento se nos planteó nuestra participación ni se nos solicitó apoyo u opinión. Nuestra solidaridad fue a iniciativa propia.

9 En el eje de inmigración del Foro Social de Sevilla coincidíamos gente de la APDHA, Acoges, Mujeres Progresistas y otros… con gente de ODITE, que desaparecieron poco antes del encierro sin decir nada del mismo ni haberse vuelto a pasar por allí.

10 Contando sólo con un par de colectivos y un grupo de personas.

11 Como se ha dicho antes, ambas a su vez plurales.

12 En este encierro ha habido confusión entre quienes protagonizaban el encierro y la representación del mismo como demuestran los comunicados escritos y manifiestos de «la Asamblea del encierro» o «de los encerrados» pero redactados en tercera persona; o las confusiones en las ruedas de prensa y respecto a los portavoces o la convocatoria de «acciones globales europeas» y «jornadas de desobediencia generalizada» que difícilmente podían haber sido convocadas por los inmigrantes.

13 Unos apoyos con los que no ha contado porque de partida nace ignorando al grueso del movimiento de solidaridad, en el contexto de la cumbre y con el grueso de las fuerzas sevillanas dedicadas a organizarlo y en un clima social como el descrito… Y que luego, conforme se desarrollaba el encierro, los pocos existentes incluso se han ido debilitando. Los apoyos no se ampliaban sino que se reducían. Y a ello contribuyó no poco las actitudes de determinadas personas de la propia red solidaria.

14 La APDHA tal vez por nuestra dedicación a la gente excluida tenemos una larga experiencia de combinar la denuncia y la lucha con la acción pegada a resolver el problema humano concreto…

15 En algunos casos pensamos que incluso deshonestas.

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