Publicada 04 de Junio de 2020 09:16
Concentración este domingo a las 12 en el boulevard de Donostia
Concentraciones en Bilbo ,
Gasteiz
e Iruña
En EEUU y en Europa
Al grito de Black Lives Matter, la justa indignación contra el racismo y la brutalidad de las fuerzas policiales recorre las ciudades de EEUU. Un racismo alentado incluso por el presidente de ese país. Un racismo que tiene su expresión más brutal en los asesinatos cometidos por las policías y otros racistas declarados. Pero es un racismo que va mucho más allá. Forma parte inseparable de la construcción de EEUU basada en la esclavitud y que se manifiesta en todos los órdenes de la vida social. Su última manifestación la vemos también en los efectos del coronavirus, que afecta en mucha mayor medida a la población negra debido a las condiciones de vida en que se encuentra.
Pero este grito también es válido en los países de la Unión Europea. También aquí la tragedia de miles de muertes, en su mayoría africanas, está presente en toda la ruta sur, con epicentro en el Mediterráneo. La UE pone todos los medios a su alcance para que esas personas no puedan pisar territorio europeo. Forma y subvenciona los cuerpos policiales de los países emisores para que lo impidan. Y los abandona a su suerte cuando, pese a todo, consiguen lanzarse a las aguas del Mediterráneo. Eso es racismo. Y es racismo el trato que reciben quienes consiguen llegar a la UE. También ahí les espera un trato discriminatorio por parte de las fuerzas policiales. Van a sufrir sistemáticamente controles por el color de su piel. Van ser víctimas de malos tratos. Van a ser perseguidos/as para ser expulsados/as. Pero el capítulo del racismo no acaba ahí. Las políticas de inmigración les van a condenar a la irregularidad, a vivir en precario, a sufrir escandalosas condiciones de explotación laboral, a ser pasto de explotadores sin escrúpulos que van a forzar a muchas mujeres a sufrir explotación sexual, a sufrir discriminación en el acceso a viviendas, a no tener derechos políticos, a ser chivo expiatorio de los políticos racistas de extrema derecha.
En definitiva, es el racismo y la xenofobia lo que ha de ser el blanco de nuestra protesta. Porque el racismo y la xenofobia impiden construir sociedades justas, democráticas, basadas en el respeto a los Derechos Humanos, y en las que sea realidad que todas las personas son libres e iguales. Sociedades, en definitiva, en las que se pueda convivir.
Por ello, hacemos nuestro el lema
Black Lives Matter, las vidas negras importan. No al racismo.