Las inmigrantes en la prensa: víctimas sin proyecto migratorio

Las inmigrantes en la prensa: víctimas sin proyecto migratorio

Clara Pérez.

¿Qué imagen nos llega a la mente al escuchar la palabra ´inmigrante’? ¿La de un hombre magrebí que vende sombreros en las fiestas del pueblo? ¿O quizá la de un senegalés que, saliendo de una patera, cae agotado sobre la arena de una playa de Cádiz? ¿Pensamos en una mujer checa trabajando en la cocina de un bar de la Parte Vieja? ¿Qué se cuece en nuestro imaginario sobre la inmigración?

El imaginario es como uno de esos puzzles gigantes que parece infinito. Sus piezas están compuestas por las imágenes que hemos acumulado a través de nuestra experiencia personal, a través de la televisión y la prensa. Es un puzzle que tiene múltiples soluciones, pero las más posibles son aquellas que ya conocemos. Por ejemplo, nos resultará más fácil imaginar a una mujer angoleña engañada y extorsionada por una red de prostitución, que imaginar a esta misma mujer como alguien que ha venido aquí para mejorar su libertad personal y su proyecto de vida, para lo cual, como todo el mundo, tiene que elegir un trabajo dentro de las posibilidades que le ofrece la sociedad a la que ha llegado.

Si nos han llenado el imaginario de imágenes de hombres de tez oscura que amenazan con invadir y robar a quienes viven aquí, es muy probable que actuemos al menos con desconfianza cuando nos crucemos con un joven magrebí en las calles del pueblo.

Respondiendo a la primera pregunta planteada en este artículo, quien tenga una amiga inmigrante seguramente haya pensado en primer lugar en una mujer. Pero no son tantas las personas de aquí que tienen un trato cotidiano habitual con personas inmigrantes. En cambio, todos y todas vemos la televisión y hojeamos, aunque sea de tanto en tanto, un periódico. Es bastante probable que nuestro imaginario se remonte básicamente a los discursos que nos llegan desde la prensa y la televisión, retratos y palabras que pueblan nuestro disco duro aún cuando intentamos ponerles filtro. Las piezas del puzzle vienen de fábrica. Sobre ellas construimos guiones de lo posible, interpretamos la realidad que nos rodea.

¿Qué ocurre con las mujeres inmigrantes? Que apenas aparecen en los medios de comunicación, y las pocas veces que se las retrata es para presentarlas como víctimas. El lenguaje utilizado lo dice todo: son mujeres traficadas, engañadas, vendidas. Todos estos verbos las convierten en objeto de una voluntad ajena. Aparentemente no tienen proyecto migratorio propio, o en todo caso inmigran para mejorar la vida de sus familiares, nunca la propia. De mujeres pobres pasan a ser “pobres mujeres”, diría la antropóloga Dolores Juliano.

Existe lo que se nombra

Si le preguntásemos a la gente en la calle si inmigran más hombres o más mujeres, seguramente nos responderían que son más los hombres. Sin embargo, durante las últimas décadas se ha feminizado enormemente el flujo migratorio mundial. Hoy en día, la cifra de mujeres y de hombres inmigrantes, provenientes de países no ricos, prácticamente se ha igualado en el Estado español, e incluso en algunas comunidades latinoamericanas el porcentaje de mujeres es muy superior al de hombres. Pero esto no se hace visible en la prensa, que continúa proyectando una imagen masculina de la inmigración.
Miguel Bañón Hernández (2002), estudioso de los discursos sobre la inmigración en la prensa, señala que debemos tener en cuenta no sólo lo que se dice sino también lo que no se dice. O como lo explica Nati Abril 1(1995): “No quisiera pasar por alto otra faceta desde la que, sin ninguna duda, se ejerce de manera sistemática, y con mucha mayor sutileza, quizá una de las mayores o más graves prácticas del sexismo. Me estoy refiriendo a todos aquellos acontecimientos y actuaciones de las mujeres que se silencian, que ni se publican ni difunden, y que al no reunir los requisitos de lo que se ha venido denominando interés periodístico en el quehacer cotidiano de las redacciones de los medios de comunicación, se omiten y son condenadas al silencio y al ostracismo desde los propios medios”.

Nos cuesta imaginar a las inmigrantes como personas con proyecto propio porque no tenemos referentes. También en los estudios sobre inmigración han sido invisibilizadas. Según la antropóloga Carmen Gregorio Gil (1997b), “*las mujeres no sólo han sido olvidadas cuando eran numéricamente menos importantes que los hombres: algunas autoras han detectado que incluso en movimientos migratorios donde la composición femenina es más importante que la masculina éstas también han sido invisibilizadas. Este orden de cosas no es sino fruto de una ideología que invisibiliza el protagonismo de las mujeres en aquellos espacios diferentes del privado o doméstico al que suele reducirse el radio de acción de las mujeres.” También desde el ámbito de la antropología, Dolores Juliano (1998) señala que la representación de la mujer inmigrante como víctima contrasta con la heroicidad del viaje iniciático que tradicionalmente se ha vinculado al varón que emigra. Pensemos tan sólo en la triunfal palmera que los varones vascos, retornados de la inmigración, plantaban delante de su casa como seña de identidad. Según Juliano (1998) la mujer ha sido “…desposada del modelo heroico y, en todo caso, se ha subrayado su sacrificio e indefensión, y el mérito asignado se asemeja más a la palma del martirio que a la coronación de la victoria”*.

Sin embargo hay otras imágenes, tales como la de mujeres inmigrantes trabajando en la prostitución, que se hipervisibilizan en la televisión. Hay muchísimas más mujeres trabajando en el ámbito doméstico como limpiadoras o cuidadoras, y sin embargo se visibiliza más a aquellas que trabajan en servicios sexuales.

Tras analizar 395 informaciones sobre inmigración publicadas durante los tres primeros meses del año 2002 en periódicos editados en la Comunidad Autónoma Vasca y en Navarra (El País, El Mundo, Egunkaria, Gara, Diario de Navarra, Diario de Noticias, Diario Vasco), he definido algunos rasgos del tratamiento informativo que reciben las inmigrantes, y que expongo a continuación.

La inmigración en masculino

Sólo en una de cada cuatro informaciones analizadas se puede percibir de alguna manera la presencia de mujeres en la población inmigrante. En las demás informaciones las mujeres no son visibles ni en el texto ni en la fotografía.
El uso del masculino genérico “los inmigrantes”, así como la presentación de cifras sin desagregar por sexo, son obstáculos para la visibilización de las mujeres. Marta Bach Arús (2000) señala que “*el uso indiscriminado del genérico masculino produce un efecto ocultador, invisibilizador de las mujeres, sobre todo cuando hay otras opciones para elegir que realmente incluyen a la población femenina*”. El genérico masculino ´los inmigrantes` puede ser sustituido por ´la población inmigrante`, o por fórmulas más creativas aplicadas a cada caso, tales como “*cientos de colombianas y colombianos se reunieron en el festejo*” o “toda la comunidad colombiana, desde abuelas hasta nietos, disfrutaron del festejo..”.
¿Podemos imaginar el viaje de una chica marroquí desde su pueblo natal a un pueblo de Guipúzcoa, donde consigue trabajo como repartidora de pizzas? ¿No sería interesante saber cómo salió, qué expectativas tenía, qué le aporta el cambio? En las informaciones no aparece nada sobre los proyectos migratorios de las mujeres (de los hombres también aparece bien poco).

Las mujeres como dato de excepción

Cuando se ofrecen datos cuantitativos, lo más habitual es el uso del masculino genérico (“los 18 inmigrantes rescatados de la patera”). Cuando se cita la presencia de una mujer, se presenta textualmente como una excepción, es decir, que se presupone que un inmigrante es un varón, y una mujer es la excepción. Lo vemos en los siguientes ejemplos:

- El País (15-03-02) “*El secretario general del Partido Socialista Canario (PSOE), Juan Carlos Alemán, describió ayer como “estampa dantesca” las condiciones de vida de los 180 inmigrantes, y especialmente de las 11 mujeres, retenidos en la antigua terminal del Aeropuerto de Fuerteventura*.”

- Diario Vasco (01-03-02) “*La Guardia Civil detuvo a 46 inmigrantes indocumentados de procedencia subsahariana y magrebí, entre ellos 15 mujeres y un bebé.*”

En el último caso, se podría haber dicho perfectamente que detuvo a “30 hombres y 15 mujeres de procedencia subsahariana y magrebí, acompañados de un bebé.”

La vinculación de las mujeres a un varón

Como si no fuera suficiente con identificar a las mujeres por su nombre o profesión, se cita su estatus matrimonial en cinco ocasiones. Al menos en tres de estas ocasiones dicho dato resulta totalmente irrelevante para el contenido de la información. No ocurre lo mismo en el caso de los hombres inmigrantes, cuyo estatus matrimonial sólo aparece en dos informaciones, y de forma justificada por el contenido.
Cuando la protagonista de la noticia es una madre (la noticia se referirá a su relación con una hija o hijo), se indaga sobre sus relaciones de pareja. En una información titulada “La Junta andaluza asume la tutela de una niña cuya madre intentó venderla en matrimonio” (Diario Vasco, 25-2-02), se señala que “*La mujer, que dice ser viuda y estar en relaciones con otro hombre que no es el padre de la chica, “no negó los hechos”, según el delegado de Asuntos Sociales, Luis López*”.
En una información de El País (03-03-02) que trata del III Congreso de Mujeres Musulmanas, se citan declaraciones de Jadicha Candela, que “*trabaja como asesora del grupo parlamentario socialista y es cuñada de Joaquín Almunia*”. En realidad, Candela aparece en el congreso como portavoz de An Nisa, organización de mujeres musulmanas, y su profesión es abogada. La alusión al cuñado no se explica. En la misma información aparecen también declaraciones de Kamila Toby, presidenta de An Nisa, de la que leemos que “*está casada con el converso español Mansur Escudero, tiene 5 hijos y es editora*”. Con saber que es editora habría sido suficiente.
En otra información sobre el mismo congreso, titulada “Al amparo del Islam” (El País, 04-03-02), se señala lo siguiente: “*El encuentro ha tenido el respaldo masculino. El presidente de la Junta Islámica y secretario general de la Comisión Islámica de España, Mansur Escudero, considera que…*”. En este caso, no se señala ni cuántos hijos tiene Escudero ni que su mujer es Kamila Toby, presidenta de An Nisa.

Las mujeres: en el mundo familiar

Las mujeres aparecen principalmente en contextos relacionados con la familia, y como víctimas de unos valores sexistas contrapuestos a los supuestos valores igualitarios de la sociedad receptora. La temática más frecuente durante el periodo analizado es la del uso del pañuelo en la escuela, debate que se inicia cuando una directora de escuela católica, con el pelo cubierto por la toca de monja, se opone a que una joven magrebí pueda acudir a la escuela con pañuelo. También es recurrente el tema de jóvenes magrebíes a las que sus familias quieren casar en contra de su voluntad. Otras temáticas frecuentes son la mutilación genital de las mujeres y las dificultades para divorciarse por la ley española. Sin poner en duda el interés público de estos temas, y la importancia de que aparezcan en la prensa, es indudable que existen muchas otras situaciones que afectan a las mujeres inmigrantes, y cuya responsabilidad no recae en los varones inmigrantes sino en otras entidades, tales como las instituciones públicas. Si se quisiera, se podría abrir el debate sobre la desprotección institucional de las inmigrantes, la falta de alternativas laborales en condiciones dignas, la inadaptación de las escuelas para acoger a inmigrantes, la corruptela institucional que necesariamente acompaña la existencia de mafias dedicadas a la prostitución de extranjeras, etc. Pero evidentemente estas informaciones situarían la responsabilidad de muchas carencias en la sociedad receptora, el ´Nosotros`, algo que la prensa, que forma parte de la élite socio-simbólica de esta sociedad, no está dispuesta a hacer.

Voces de mujeres: el debate sobre el pañuelo

Si algo se le puede agradecer al conflicto sobre el uso del pañuelo en la escuela es que abre un debate social sobre la convivencia entre culturas. En dicho debate se escuchan muchísimas voces de la sociedad receptora, sobre todo institucionales, pero también muchas voces inmigrantes, entre éstas tantas voces de hombres como de mujeres. Los hombres son entrevistados como autoridad familiar. No obstante, al menos se comienzan a escuchar algunas voces de mujeres, y se les concede, a través de entrevistas, la autoridad que indudablemente merecen sobre el tema. Queda patente, pues, que existen portavoces de mujeres inmigrantes, y que son accesibles para los medios de comunicación, siempre y cuando éstos decidan recurrir a ellas.

Las trabajadoras no existen

Son escasísimas las informaciones en las que aparecen las inmigrantes como trabajadoras. Las pocas que se han detectado tienen un tono paternalista y contribuyen a la victimización de la inmigrante. En las mujeres que se dedican al cuidado doméstico se destaca su carácter bondadoso y sacrificado. Aquellas dedicadas a la prostitución aparecen únicamente como víctimas de redes, mujeres secuestradas y traficadas. Y aquellas que se casan con varones españoles, a pesar de estar trabajando, aparecen hipersexuadas y bajo la sospecha de haber inmigrado para casarse con un hombre que las mantenga. En cualquier caso, el juicio moral es lo que más impera en estas informaciones, así como la aparente ausencia de un proyecto migratorio propio.

La bondad y sumisión ´naturalizada` de las inmigrantes

Tal como se aprecia en los datos sobre inmigración, el campo laboral más habitual de las inmigrantes extracomunitarias es el sector de las trabajadoras del hogar y cuidadoras de personas dependientes. Esta realidad, sin embargo, sólo aparece en una de las informaciones de la muestra analizada: un reportaje sobre las mujeres que trabajan como cuidadoras de ancianos y ancianas. En esta información, publicada en El País (10-3-02), se subraya que estas mujeres no sólo trabajan por dinero sino también ´por amor`. La naturalización de la bondad de estas mujeres es una constante en esta información, en la que por otra parte también se refleja el bajo salario que reciben. La información se titula “*Descuide, doctor, que yo le hablaré bonito”: “Procedentes de una cultura que aún venera a los mayores, los suramericanos, además de cuidados, dan cariño”*… Una anciana afirma que “son personas de natural agradables”, y se subraya la declaración de una cuidadora: “Doña Pepita, mi patrona, me trata con mucho cariño, y por eso yo la quiero tanto… Antes la bañaba porque era mi trabajo, ahora porque la quiero.”

Las prostitutas: víctimas de sus compatriotas, liberadas por la policía

En una información titulada “Desmantelada una red de prostitución ilegal de rumanas”, se relata el cruel destino de 11 mujeres rumanas que eran “explotadas sexualmente” por sus compatriotas en Almería.

El Mundo (27-3-02) La red de compatriotas “captaba la atención de mujeres jóvenes en su país de origen, con la falsa promesa de un trabajo muy bien remunerado como empleadas de hogar en España. Sin embargo, una vez que llegaban al territorio nacional eran obligadas a ejercer la prostitución bajo continuas amenazas de muerte en el caso de que se negasen a ejercer esta actividad. Estas intimidaciones no se circunscribían únicamente a las propias mujeres, sino también a sus familiares”.

En la última frase de la información podemos leer que “Las once rumanas fueron detenidas por infracción a la Ley de Extranjería..”. No se informa más de su destino. Esta es la tónica general en las informaciones sobre prostitución, en las que aparentemente la expulsión de las mujeres no cobra relevancia, a pesar de que con ello se destruye su proyecto migratorio.

La reproducción del testimonio oral para subrayar la idea de atraso

La forma en la que se reproduce el testimonio oral de una persona incide enormemente en la imagen que de ella se transmite. En el caso de las informaciones sobre inmigrantes, se entiende que muchas de estas personas no dominan bien el castellano. Sin embargo, y como es lógico, en la mayoría de las informaciones quien redacta corrige los fallos gramaticales que pueda cometer la persona extranjera, o la entrevista se realiza en otro idioma y luego se traduce al castellano. A raíz del conflicto del uso del hiyab o pañuelo en la escuela, aparecen varias entrevistas a padres varones que llevan poco tiempo en territorio español, y en ninguna de sus declaraciones aparecen errores gramaticales.
Sin embargo, cuando la voz es de una mujer, se destacan esos errores o formas diferentes de hablar. En una noticia titulada “La madre de la menor “vendida” dice que la amenazaba para que no llegara tarde”, podemos leer lo siguiente:
El Mundo (26-2-02) “La madre, que reside desde hace cuatro años en España, afirmó en un rudimentario español: “Yo no quiero novio para mi niña ahora. Le pregunté si quería novio, quieres novio o no y ella meneaba la cabeza no quería hablar. Yo no quiero para mi niña marido ahora.”
La reproducción literal de las palabras de la madre, así como la indicación, justo antes, de que lleva cuatro años residiendo en España, contribuyen a la construcción de una imagen de atraso y analfabetismo.

La hiper-sexuación y culpabilización de las extranjeras:

En dos informaciones se presenta a las inmigrantes como mujeres que compiten con las españolas para conseguir un marido. La sospecha de puta que recae sobre estas mujeres subyace en el relato. Una información titulada “Roquetas: el pueblo de las Natasha García”, sobre la presencia de mujeres rusas en dicha localidad, comienza de la siguiente manera:
El Mundo (27-3-02) “Hasta que la rusa os separe”. La broma atribuida al cura del Ejido se ha extendido como la pólvora por el poniente almeriense. … Lo que en principio era una anécdota curiosa se está convirtiendo en un foco de conflicto y el recelo se ha instalado entre las féminas españolas. “Las mujeres almerienses comienzan a despreciar a las rusas. Lamentan que les quiten los maridos. Hay muchos celos porque las rusas son más altas, más provocativas, y llaman la atención”, afirma un almeriense casado con una mujer rusa.”

Recomendaciones para profesionales de la comunicación:

PARA EVITAR LA INVISIBILIZACIÓN DE LAS MUJERES INMIGRANTES, Y SU VICTIMIZACIÓN EN LAS INFORMACIONES:

- Desagregar por sexo todas las cifras y datos sobre inmigración, desde cifras globales hasta datos sobre grupos específicos de personas.

- Evitar la indicación del estado matrimonial o de pareja de la mujer, siempre que dicha indicación carezca de valor informativo.

- Recoger la opinión de mujeres inmigrantes para opinar sobre los acontecimientos relacionados con la inmigración, especialmente cuando les afectan directamente.

- Dar autoridad a las asociaciones de mujeres inmigrantes, recogiendo su voz.

- Preguntar a las mujeres por su proyecto migratorio: las razones por las que decidieron emigrar, las expectativas que tenían, y la situación en la que se encuentran.

- Sin esperar a que surja un conflicto, abrir el debate social sobre la situación de las mujeres inmigrantes en el ámbito laboral, sobre la precariedad que soportan, sobre los problemas específicos para conseguir la regulación trabajando en el mercado sumergido, sus demandas laborales, la falta de servicios, etc.

- Evitar la comparación o contraposición de la mujeres inmigrantes con las mujeres de la población receptora.

- Evitar la estereotipificación prejuiciosa de las inmigrantes como mujeres sumisas de culturas atrasadas.

- Evitar resaltar los discursos autodiscriminatorios o exculpatorios de la sociedad receptora.

- En las informaciones sobre desarticulación de redes y mafias de prostitución, informar sobre el destino de las mujeres ´liberadas`, sobre las consecuencias de una posible expulsión, procurando recoger su testimonio.

BIBLIOGRAFÍA:

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